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Cuando se habla de momias, la imaginación suele viajar al Antiguo Egipto o a las culturas prehispánicas de América del Sur. Sin embargo, un equipo de la Australian National University encontró restos humanos momificados en Papúa Nueva Guinea cuya antigüedad supera los 12.000 años, convirtiéndose en las más antiguas jamás registradas.

Este hallazgo no solo establece un nuevo récord, sino que también descentraliza la historia de la momificación, demostrando que estas prácticas surgieron en distintos puntos del planeta de manera independiente.

¿Qué encontraron los científicos?

Los investigadores localizaron restos momificados en once yacimientos del sudeste asiático, con una datación que supera los 12.000 años, desplazando a las emblemáticas momias de Chinchorro (7.000 años) y a las egipcias (4.500 años).

Este descubrimiento obliga a revisar la cronología mundial de las prácticas funerarias y a reconocer que la preservación del cuerpo fue un objetivo compartido por culturas separadas por miles de kilómetros.

¿Cuál fue el método utilizado para momificar los cuerpos?

El método utilizado fue deshidratación por humo. A diferencia del embalsamamiento egipcio o la desecación con barro en Chile, las comunidades de Papúa Nueva Guinea exponían los cuerpos al humo de manera controlada, logrando conservarlos en un entorno cálido y húmedo.

Momias conservadas en hogares privados de Papúa, Indonesia. (Fuente: Proceedings of the National Academy of Sciences).

Este procedimiento deja depósitos de carbono en piel y tejidos, similares a los hallados en momias del desierto de Atacama. El uso del humo revela una creatividad funeraria única, que amplía la lista de técnicas humanas para enfrentar la muerte.

Por qué este hallazgo es tan importante

Con más de 12.000 años de antigüedad, estas momias son el testimonio más remoto del arte de preservar el cuerpo humano. El descubrimiento desplaza el eje histórico de las momificaciones, tradicionalmente centrado en el Mediterráneo, y demuestra que estas prácticas surgieron de manera dispersa y casi simultánea en diferentes culturas.

Además, aporta información clave sobre la relación entre ambiente, tradición e innovación tecnológica en sociedades prehistóricas, revelando un mapa cultural mucho más complejo de lo que se pensaba.