Las papas son protagonistas en miles de recetas, pero sus cáscaras también tienen un rol importante fuera de la cocina. Usarlas en las macetas o en el jardín puede mejorar la salud de las plantas, fortalecer sus raíces y hacer que crezcan más rápido.

Este truco casero se volvió popular por ser económico, fácil de aplicar y respetuoso con el medio ambiente. Además, permite aprovechar residuos que normalmente se tiran.

Beneficios de usar cáscaras de papa en la tierra

Cuando se descomponen, las cáscaras liberan nutrientes de forma lenta. Esto mejora la estructura del suelo, estimula el crecimiento de hojas más verdes y ayuda a que los tallos se mantengan firmes. También favorecen la retención de humedad y aportan materia orgánica.

Este método funciona como un fertilizante natural, ideal para quienes buscan cuidar sus plantas sin usar productos químicos.

¿Cómo aplicar cáscaras de papa en las plantas? Paso a paso

Para que el truco funcione, hay que seguir algunos pasos simples:

  1. Lavar bien las cáscaras para eliminar restos de aceite, sal o condimentos.
  2. Cortar en trozos pequeños o triturar con agua en una licuadora.
  3. Enterrar a poca profundidad en la maceta o directamente en el jardín.
  4. Preparar fertilizante líquido con los restos triturados y regar una o dos veces por semana.
  5. Hacer té de papa: hervir las cáscaras durante 10 minutos y usar el agua fría para regar.
Fuente: Canva

Precauciones para evitar problemas en las plantas

Aunque es un método útil, hay que tener cuidado con algunos detalles:

  • Usar siempre papa cruda y sin cocción, ya que la cocida puede atraer insectos.
  • Evitar cáscaras en mal estado o con moho.
  • No colocar grandes cantidades juntas: pueden fermentar y generar mal olor.
  • En climas húmedos, aplicar con moderación para evitar hongos.
  • Combinar con buen riego y luz natural para mejores resultados.

¿Por qué este truco funciona?

La tierra necesita nutrientes para mantenerse activa. Las cáscaras de papa aportan minerales esenciales que ayudan a las plantas a crecer sanas. Además, al descomponerse lentamente, mejoran la calidad del suelo sin alterar su equilibrio.

Este método es ideal para quienes tienen huerta, jardín o simplemente algunas macetas en casa. No requiere inversión y permite cuidar el ambiente.