

Desde esta Tribuna se han estado presentando una serie de artículos sobre el tema de la Responsabilidad Social Empresaria, el cual ha tomado alta notoriedad en los últimos tiempos. Es un tema interesante e importante por sí mismo, por su impacto en la Argentina actual y, tal vez no considerado hasta ahora, porque refleja los valores que predominan en las distintas escuelas de negocios, aunque siempre es necesario hacer la salvedad de que quienes opinan son personas específicas y no las instituciones.
Creo que sería interesante iniciar un debate sobre este tema. Al respecto, en un artículo publicado el 10 de agosto último, titulado Responsabilidad social empresarial, la prueba ácida, Manuel Sbdar, director del Executive MBA de la Escuela de Negocios de la Universidad Di Tella, se pregunta: “¿Cómo distinguir la Responsabilidad Social Empresaria auténtica de la RSE que parece serla pero no lo es? Esto sería la prueba ácida a la que hace referencia el título. Y contesta: “Hay un test bien simple que podemos aplicar. Simplemente ver si la empresa que busca el certificado de RSE ante sus conciudadanos paga sus impuestos .
Al respecto, creo que ésa es una definición limitada que vale la pena discutir. Pues uno podría preguntarse: ¿mantendría el autor ese principio a cualquier nivel de presión impositiva? ¿También con un nivel que se vuelva expropiatorio? Este test se relaciona con uno más general que es el de cumplir con la ley. Pero el test de cumplir con la ley como pauta de conducta ética o socialmente responsable asume, explícita o implícitamente, que la ley y la ética son la misma cosa.
Sin embargo esto no es así. Valga un ejemplo: Oskar Schindler, el personaje de la famosa película de Spielberg mentía, coimeaba, hacía contrabando, pero, sin embargo, salvó a cientos de judíos de las manos nazis. Tuvo conductas que en cualquier otro entorno hubiéramos catalogado como inmorales, pero que en este caso no lo eran porque lo inmoral era, precisamente, la ley, el régimen legal nazi. En tal caso, un ejemplo extremo por supuesto, era moral desobedecer la ley.
¿No sería ético que una empresa trate de reducir su carga impositiva aprovechando todos los recovecos que encuentre en la ley para tener más fondos en sus manos que luego serán invertidos productivamente, o tal vez donados a Cáritas? En este caso no estaría violentando la ley sino tratando de pagar menos para poder realizar otras actividades, que tienen un alto contenido ético.
Plantear que la RSE auténtica es solamente pagar impuestos asume también que los fondos pagados tienen un eficiente destino asignado y no contempla la posibilidad de que el gasto que genera pueda tener un efecto maligno, de la misma forma que, en ciertas circunstancias, uno puede perjudicar a quien entrega la limosna más que ayudarlo.
¿Si es como Sbdar dice, no habría que alentar a las empresas a que paguen más impuestos de lo debido, e incluso alentar a los políticos a que los aumenten para que haya más RSE?
Por otro lado, Marcelo Paladino, profesor del IAE, escribe el 16 de septiembre una nota titulada Compromiso social empresario: más que una opción, una obligación. Dejemos de lado el título ya que cuando uno está obligado a hacer algo no puede ejercer su libertad para elegir entre una buena o una mala conducta y por lo tanto, poco podríamos calificar a dicha acción como ética. Pero señala algo interesante ya que plantea la idea de cambiar el concepto de RSE por el de Responsabilidad de la Empresa en la Sociedad. Al respecto, quisiera tomar este último para presentar una respuesta alternativa al criterio expuesto por Sbdar respecto una RSE auténtica.
En tal sentido, sugiero que la responsabilidad principal de la empresa con la sociedad es la de un estricto respeto a los derechos, tanto de personas físicas como jurídicas, estén o no estén incorporados en la legislación específica de un determinado país. Esto llevará a honrar todos los contratos, a asumir todas las obligaciones, en muchos casos a asumir algunas que van mucho más allá de las legales y en otros (esperemos que sean pocos) a dar prioridad a los derechos por sobre lo que mande la ley (otro ejemplo sería el apartheid en Sudáfrica).
Entiendo que éste sería un mejor test, una prueba ácida que no fallaría a la hora de delinear una política empresaria con responsabilidad ética.









