Todos los meses se producen giros de 180º en el ámbito de la ciencia médica. Primero, en la acupuntura: durante mucho tiempo fue descartado como método para aliviar dolores por ser considerado poco convencional, pero ahora es elogiado por su capacidad de brindar un genuino alivio a aquellas personas con dolores de cabeza crónicos.
Un estudio publicado el mes pasado por el British Medical Journal demuestra que esta antigua forma de medicina “alternativa disminuye sustancialmente la cantidad de ataques y la necesidad de utilizar medicamentos.
En segundo lugar, la terapia de reemplazo hormonal (TRH): se consideraba una cura milagrosa para las enfermedades de las mujeres mayores, y ahora es todo lo contrario. El mes pasado, otro estudio sobre los efectos de una variante del TRH tuvo que detenerse cuando los investigadores descubrieron que estaban exponiendo a las mujeres a un mayor riesgo de derrame cerebral. Pero otras investigaciones recientes siguieren que el panorama es variado: si bien los temores vinculados con el cáncer de mama disuadieron a muchas mujeres de usar el tratamiento, un estudio del British Medical Journal en febrero demostró que los beneficios que se obtienen con el alivio de los síntomas menstruales podrían pesar más que el riesgo de cáncer.
Ocurre algo similar en todos los ámbitos, desde la seguridad de los anticonceptivos orales hasta los avances en medicina cardíaca: los avances aparentemente sólidos de repente dan a los investigadores desagradables sorpresas.
La pregunta es por qué las rigurosas pruebas clínicas dan resultados tan equivocados.
Los expertos en estadísticas médicas señalan una serie de factores que pueden llevar a los investigadores por mal camino. El entusiasmo por los tratamientos nuevos frecuentemente se debe a que las revistas médicas publican los resultados positivos de unos pocos estudios, mientras que los resultados negativos terminan archivados.
Por otro lado, hay muchas pruebas de terapias alternativas que solamente comprenden una docena de pacientes, y por lo tanto, carecen de poder estadístico para detectar la eficacia clínica.