Una selección exquisita de textos, documentos y canciones de artistas como Juan Gelman, Mario Benedetti, Pablo Neruda, Simón Bolívar y Víctor Heredia, sumado a la excelente interpretación del grupo musical Huerque Mapu (Lucía Navarro, Clauida Lapresa, Ricardo Munich, Silvana Turco, Jorge Tomás Torres), dan vida al espectáculo América, tan violentamente dulce. La cantata donde padre e hijo mantienen un diálogo a la distancia, entre Cuzco y Buenos Aires, a través de cartas que sirven para hilvanar la lucha de la independencia latinoamericana, desde la época de la Conquista hasta la actualidad, sube a escena todos los sábados en el Teatro La Máscara.
–¿Es especial la relación padre-hijo por el hecho de compartir la vocación?
–José: Ya habíamos trabajado juntos en programas de radio también dedicados a difundir la cultura americana y, de hecho, lo seguimos haciendo en Del Plata. Nuestra relación es increíble porque compartimos una misma visión de la realidad y de pensar. A pesar de que al comienzo fue difícil materializar la idea -y aún nos cuesta caminar por la falta de respaldo de esponsors- no claudicamos ante nuestro motor principal, que nos permite salir a escena con alegría: la convicción de ser fieles a nuestros principios. Empezamos sin nada, sin respaldo, casi naufragando, hasta que mágicamente fue apareciendo todo.
–¿Qué buscan transmitirle al público?
–Juan: Algunos vienen a escuchar música folklórica y terminan descubriendo otra realidad, que deja entrever la lucha histórica de los pueblos americanos. Es un espectáculo en el que no hay caretas, sino mis propias dudas, certezas y temores ante una realidad avasallante. El público se entretiene, se emociona. Nuestro objetivo es que tomen posición, que no se vayan indiferentes. No es una obra con un fin militante en absoluto: se trata de transmitir nuestro sentido común, lo que vemos y lo que no queremos que pase, como la desigualdad y el sometimiento.
–José: Queremos llegar a esas personas que desean descubrir, reflexionar, y adoptar una posición clara, más allá de si les gusta o no lo que hacemos. Estamos muy satisfechos en aportar nuestro grano de arena.
–¿Cómo fue el proceso de amalgamar los textos con la música?
–Juan: La fase de investigación nos llevó tres meses, entre la selección de las citas de célebres autores, los poemas y los textos de las cartas, y luego los Huerque Mapu adosaron la música, adaptándola como acompañamiento a lo que leíamos. De todos modos, la obra podría ir modificándose, reemplazar la figura de Bolívar por Artigas, San Martín o Sucre.
–José: Lo que ocurre es que el personaje de Bolívar fue determinante en la historia de América. Su visión de acercar a todos los pueblos americanos para conformar una unidad política sudamericana o Estados Unidos del Sur, fue muy fuerte. Tanto que hoy podría ser otra la historia de Latinoamérica.
–Juan: Tupac Amarú fue el visionario que adelantó lo que pasaría siglos más tarde con el mestizaje, entendió lo que estaba pasando con el hombre explotado en el Virreinato del Perú.
–En la obra se revaloriza la palabra y el pensamiento crítico, como una forma de rescatar valores del pasado.
–Juan: Este es un tema muy importante que queríamos lograr a través de la obra: revalorizar y machacar con el peso de la palabra, retomando la idea del pensamiento. Por eso quisimos leerlo y no relatar las cartas de memoria. La palabra se ha ido devaluando a lo largo del tiempo, ya no se cree en nadie a menos que nos firme un papel. Aquí queremos realzar la palabra escrita, dicha, vivida, sentida, que también se potencia con la imagen de la pantalla que intenta realzar lo que leemos.
–¿Por qué creen que este es el momento ideal para interpretar esta obra?
–José: Yo empecé a difundir mi amor por América hace más de 25 años, en la radio, una época en la que no se tenía conciencia de las raíces.
–Juan: Este es el resultado de un proceso de 30 años, no se nos ocurrió el 19 y 20 de diciembre, ese día ya estábamos en la calle participando de un cambio. Antes de ese hecho, que marcó a todos los argentinos, yo pensaba igual.
–¿Creen que es la obra que mejor los define?
–Juan: Una cosa es entretener en la TV, esa es una parte de mi vida, mi trabajo, pero esta obra expresa lo que yo siento, elijo, lo que me representa a mí mismo.
–¿Cuáles son sus expectativas, como artistas, para Latinoamérica?
–José: Creo que cada día que pasa los pueblos son más conscientes. Lo que ocurrió el 20 de diciembre de 2001 fue un paso más en la participación, en el compromiso para defender la democracia. Creo que no se reduce todo a depositar un voto y esperar a que nos gobiernen por milagro. Todos tenemos la obligación de luchar contra la corrupción, la injusticia y el estrangulamiento de las libertades y los derechos humanos, es un sentimiento que está cada vez más latente. Los pueblos originarios se levantan, protestan, se expresan con mayor madurez, que finalmente redundará en un crecimiento en todos los niveles, con un cambio más equitativo para todos.
–Juan: Yo creo que el cambio vendrá de la mano de los pequeños detalles. Yo tengo hijos, e intento enseñarles cada día a respetar al prójimo y al medio ambiente: no tirar papeles en la calle o ponerse un cinturón de seguridad son actos cotidianos que hacen a un cambio profundo de conciencia. Creo que, una vez que uno sabe qué es lo que quiere para el mundo, debe orientar su vida en ese sentido.
–¿Les gustaría poder llevar la obra a otros países de Latinoamérica?
–Juan: Sí, sería muy interesante poder salir de gira y presentarnos en distintos países, y también hacerlo localmente, vincularse con un circuito de colegios, clubes, ONG’s, participar en festivales, para despertar la inquietud por reflexionar sobre la identidad americana. Pero todavía estamos enfocados en este proceso de despegue.