La gestión de fondos de inversión tradicional y dominante está sufriendo un duro asedio. Por un lado, las administradoras especializadas en inversión cuantitativa ofrecen una vía barata y efectiva para el seguimiento de los índices del mercado. Además, estos fondos con cartera propia que emulan índices cada vez están desarrollando una gestión más activa, con productos mejorados.
Por otra parte, los gerentes de inversión más activos que toman mayores riesgos, con estrategias más agresivas, están ganando nuevos clientes entre los inversores atraídos por las perspectivas de rendimientos que hacen agua la boca.
Es como si el sector estuviese en una balanza, en la que el peso del dinero se está inclinando a favor de los administradores de fondos que emulan índices en un extremo y de los especialistas más activos en el otro. Esto deja menos oportunidad a los estilos atrapados en el medio.
No se trata sólo de un fenómeno angloamericano. La impresión obtenida tras una serie de reuniones con administradoras de fondos de Francia, Alemania,Holanda, Suiza y España es que la tendencia se afianza en toda Europa.
Por ejemplo, la mitad de los mandatos para ceder la gestión de su cartera de acciones europeas realizados por el Fondo de Reservas del Gobierno francés, la mayor operación realizada hasta la fecha en 2004 por un importe de 16.000 millones de euros, se han otorgado a estrategias que emulan índices.
Del mismo modo, en Europa se observa un gran entusiasmo por los hedge funds, el capital de riesgo, los productos estructurados y otras carteras de gestión activa.
Si el presente no es bueno para los administradores tradicionales de fondos que mantienen su estructura básica de carteras de renta fija y variable, su futuro parece aún peor.
Los fondos de pensiones intentan satisfacer sus necesidades con una gama de fondos que emulan índices, que invierten en derivados y en productos de gestión activa. Uno de los principales consultores de fondos de pensión reconoció que no adjudicó en los últimos dos años ningún mandato basado en carteras básicas que se limitaban a superar en 1% su índice de referencia. Eso se debe a que sus clientes – los fondos de pensiones– le exigieron do en su lugar inversiones más baratas con un fuerte control del riesgo.
Entonces, ¿cuál es el futuro de los gestores de fondos que se limitan a tener una cartera básica? Sin duda, éstos tendrán que afinar sus instrumentos de inversión para diseñar productos de inversión más rentables y centrarse más en las nuevas necesidades de sus clientes mediante la creación de soluciones innovadoras que les ayuden a lograr estos objetivos. Además, tendrán que ajustar los costos y la gestión del riesgo.
Las firmas ganadoras serán las que combinen el enfoque de inversión de una boutique y la amplia experiencia de una gran firma.