La mayoría de los autos son activos que se deprecian. Pero para algunos conductores adinerados, los vehículos son inversiones que suben de valor y que pueden hasta generar un pequeño ingreso: ocasionalmente son exhibidos en exposiciones de automóviles antiguos, aparecen en películas o son utilizados en avisos publicitarios.
Pensemos en los hot rods. Los precios de estos autos preparados para carrera, construidos a partir de vehículos producidos en línea, preferiblemente entre las décadas de los treinta y sesenta, están en alza. Dentro de esta categoría se encuentra el subgrupo de los denominados resto-mod (que es la unión de restauración y modificación), que está generando automóviles que el Vanquish de Aston Martin de más de u$s 250.000 parezca barato. Se trata de un auto clásico al que se mejora su potencia, interior, suspensión y sus sistemas de electricidad, calefacción y aire acondicionado, para ponerlo a tono con los niveles actuales de confort.
Como resultado de todo ese proceso, asegura Barrett-Jackson, un rematador de autos, se logra “un vehículo que retiene el carácter y las características de la época en la que fue construido, pero ofrece un rendimiento y las prestaciones propias de un auto moderno .
Algunas personas prefieren considerarlo un hobby. Pero Craig Jackson, que dirige las subastas de Barrett-Jackson, afirma que el auto correcto puede ser una buena inversión. Y para demostrar su afirmación su empresa creó un índice.
Durante los últimos cinco años, su índice siempre superó al Dow Jones Industrial Average y al S&P 500. El denominado BJ Index subió 14,9%, mientras que el Dow bajó 7,21% y el S&P descendió 19,4%, afirmó Jackson.
Su equipo reunió información de siete vehículos representativos de la dirección general del mercado automotriz. Cada uno puede convertirse o comprarse como un resto-mod. Son mayormente autos deportivos europeos o norteamericanos y muscle cars estadounidenses del período 1957-70, incluyendo el Ford Thunderbird convertible de 1957, el Jaguar XKE de 1967, el Camaro Z28 de 1970, y el Austin Healey MK III de 1965.
Barrett-Jackson está armando otros índices. Habrá cinco categorías: vehículos deportivos, muscle cars, clásicos, hechos a pedido, y de interés particular, como los autos que tienen alguna vinculación con Hollywood.
Un auto con historia generalmente sube más de precio, cuenta Barret. Por ejemplo, el concept car Oldsmobile F-88 de General Motors fabricado en 1954, que se venderá en las próximas semanas. Esta belleza fue diseñada por Harley Earl, el renombrado diseñador de GM.
Como concept car, se suponía que su destino sería la depreciación total, pero alguien lo valora lo suficiente como para permitir que suba su valor.