

Un lápiz labial que cambia de color según el humor de la mujer que lo usa: azul, si está enojada; rubí si está feliz. Una máquina para pintarse las uñas con el estampado del vestido que se está usando y maquillaje photonic que imita los colores de las alas de las mariposas: estas son algunas de las innovaciones que Jean-Paul Agon, CEO de la compañía francesa L’Oréal, la más grande del mundo en el sector cosméticos, busca concretar para incentivar la demanda de productos.
El trio de novedades en potencia forma parte de lo que la compañía denominó “los rituales de belleza del mañana , pero aunque el maquillaje sensible a las emociones no llegue a producirse nunca, el CEO dejó en claro su enfoque del negocio. “No siempre se encuentra la gran idea preguntándole a la gente qué quiere , señaló Agon. Y para ejemplificar el punto usó el ejemplo de la máscara para pestañas japonesa. El ejecutivo, que tuvo a su cargo la operación asiática de la firma, debió relanzar la marca Maybelline en Japón, al que considera “el mercado más difícil del mundo .
Según explicó, en aquella época las mujeres japonesas casi nunca usaban máscara porque por naturaleza tienen pestañas muy cortas y débiles. “Diseñamos una máscara que podía alargar y rizar las pestañas y el éxito fue enorme. Nunca lo hubiéramos descubierto en un grupo de foco , agregó Agon.
Para el CEO, el punto fuerte de L’Oréal es lanzar o inventar un producto que los consumidores llegan a amar, por lo que cree que su empresa tiene mucho en común con compañías como
Apple y Nokia.









