Credit Suisse First Boston anunció la semana pasada una revisión estratégica de su negocio. La entidad detalló un revolucionario plan de reestructuración que pasa por la eliminación
de Credit Suisse First Boston (CSFB), su marca de banca de inversión, y la integración de estos negocios en el resto de las actividades del banco. Con la reorganización, que supondrá la supresión de 300 empleos, CSFB intenta dar respuesta a las inquietudes que afectan también a otras entidades.
La industria debate si los bancos de inversión globales deben ser supermercados financieros que ofrezcan una amplia gama de productos y si las firmas especializadas dejarán de ser meros jugadores en determinados nichos de mercado. Aunque muchas de las grandes firmas de Wall Street anunciarán resultados récord este año, lo que se tradujo en grandes avances para su cotización en bolsa –liderados por Bear Stearns y Lehman Brothers, que han sumado 33% y 115%, respectivamente–, el sector está en un momento de reflexión. El adelanto tecnológico permitió desarrollar una serie de productos que revolucionaron la forma en la que las firmas organizan sus recursos humanos y su capital.
Al mismo tiempo, algunas entidades como Goldman Sachs, Morgan Stanley y Merrill Lynch afrontan la competencia de bancos globales que, como Citigroup y JP Morgan Chase, aprovechan su poder de financiación para robarles cuota de mercado. Estas entidades están haciendo incursiones en áreas que han dominado sus rivales más pequeños. Citigroup sustituyó a CSFB en el primer puesto del ránking de aseguramiento de bonos de alto rendimiento y, junto con JP Morgan Chase, ha escalado hasta las primeras posiciones en la clasificación de asesoramiento en fusiones en Estados Unidos, en 2004, aunque Goldman es aún el primero.
Las entidades especializadas dicen que quieren atraer clientes por la fuerza de sus ideas más que por su tamaño. Dick Fuld, consejero delegado de Lehman, aseguró que la firma “ha perdido una tonelada de negocios que fue a manos de los bancos mundiales, pero recibe negocios en actividades que le interesan. “Cada año ganamos cuota de mercado y comisiones , agregó Fuld. Las cotizaciones de Lehman y Bear Stearns, los más pequeños de los grandes bancos de inversión, tuvieron el mejor desempeño del sector este año. El problema estriba en que ambas entidades crecieron, mientras que es mucho más difícil, como dice Guy Moszkowski, de Merrill, “achicarse para triunfar .
El futuro de CSFB estaba en revisión desde junio. Su matriz, Credit Suisse, sustituyó a John Mack, el CEO que logró que la entidad volviera a tener ganancias, por Brady Dougan. Entre otras razones, el cambio se debió a que Mack quería continuar la expansión a través de adquisiciones, cosa que el directorio veía con escepticismo tras los problemas de integración que planteó la compra de Donaldson, Lufkin & Jenrette.
Pero Brad Hintz, analista de Sanford C. Bernstein, afirmó que los bancos de inversión tienen una gran capacidad para cambiar de dirección si están dispuestos a tomar medidas dolorosas. Una de ellas podría ser la de abandonar la negociación y aseguramiento de renta variable, dos de las áreas más caras de mantener. Hay un banco de inversión que ha demostrado que no es necesario contar con este negocio para asegurarse el éxito. Barclays Capital encontró una vía para entrar en Estados Unidos centrándose en la renta fija. Pero su CEO, Robert Diamond, cree que no serán muchos los rivales dispuestos a seguir sus pasos. La mayoría de los expertos respalda esta opinión y afirma que los líderes del sector seguirán viendo la renta variable como una parte esencial de su cartera.
Además, los veteranos de Wall Street reconocen el valor de permanecer en algunas actividades aún en los malos tiempos. Hank Paulson, CEO de Goldman, recientemente atribuyó los buenos resultados de la entidad a las inversiones hechas en una amplia variedad de negocios y a la firmeza con que las respaldaron cuando llegaron las vacas flacas, tras el estallido de la burbuja tecnológica.