Tras varios años de marchas y contramarchas, el secretario de Energía, Daniel Cameron, tiene a la firma una resolución que modificará las reglas establecidas en 2003 para que las petroleras –principalmente Repsol YPF, Shell, Petrobras y Esso– mejoren la calidad de los combustibles, un proceso que demandará unos 1.000 millones de inversión. La nueva norma –que derogaría a la 398 de 2003– establece la progresiva mejora que deberán registrar las naftas y el gasoil. Mientras que su antecesora exigía que todos los cambios estuviesen listos a más tardar para 2009, la futura resolución brinda a las empresas un período más amplio –algunas exigencias, incluso, llegan hasta 2016– para ir reduciendo el contenido de benceno y de azufre de las naftas y el gasoil.
Quienes participaron en su redacción dicen que el objetivo de la norma no es flexibilizar las obligaciones de las petroleras sino traducir al mercado de combustibles las especificaciones que la Secretaría de Medio Ambiente fijó el año pasado a las automotrices en relación con los motores. “Será mucho más coherente. Las fechas que estaban planteadas en la antigua resolución no eran del todo posibles de alcanzar , sostienen. Pero también aseguran que extender los plazos hasta 2016 “permitirá a las empresas facilitar la aplicación de su plan tecnológico y de inversión .
El horizonte de ambas normas es que la Argentina tenga motores y combustibles a la altura de los que se utilizan en Europa. Allí se aplica desde el año pasado la disposición Euro 4 (motores de gestión electrónica), la más exigente conocida hasta el momento, mientras que la Argentina tiene como referencia la Euro 2 (electromecánicos).
El año pasado Medio Ambiente dispuso que los vehículos pesados –camiones y buses– introducidos este año al mercado local deberían ajustarse a las normas Euro 3. En 2007, ese requisito se extenderá a todos los rodados de ese tipo, sin importar su fecha de lanzamiento.
Esa norma representan un paso adelante en relación con la homologación de los vehículos hoy comercializados en el país. Una fuente de las automotrices explica que, salvo casos puntuales como algunos modelos de buses y camiones de Scania, Iveco y Mercedes-Benz, la mayoría aún usa tecnología Euro 2.
Por eso, a mediados del año pasado, cuando la resolución todavía era un proyecto, Adefa (la cámara que nuclea a las terminales) realizó gestiones para extender los plazos de adopción de las nuevas tecnologías.
Para las automotrices, el tema no es menor: si bien la categoría B (vehículos comerciales livianos y pesados, para transporte de cargas y de pasajeros) representó 6,3% de las 402.690 unidades que vendieron a las concesionarias en 2005, fue el segmento más dinámico de la actividad, con un crecimiento interanual del 51,4 por ciento. Así, las terminales cedieron los pesados para ganar tiempo con los livianos, que motorizan más del 70% de la categoría B, según explican en una de las empresas. En su proyecto original, Medio Ambiente quería que estos vehículos –Mercedes-Benz Sprinter, Fiat Ducato o Renault Master, por ejemplo– también adoptaran las Euro 3 a partir de este año. Sin embargo, lograron extender el plazo: esa tecnología deberá aplicarse en todo nuevo modelo lanzado a partir del 1º de enero de 2007. Dos años después, la obligación alcanzará a todos los livianos.
En 2009 entrará en vigencia la Euro 4 para todo nuevo modelo de la categoría B. El resto de la oferta deberá seguir este camino a partir de 2011.
Qué dicen las petroleras
Las petroleras tendrán que responder con combustibles cuya calidad esté a la altura de los requisitos de los nuevos motores. “Vamos a cumplir con las exigencias. Más allá de que discutamos también otras cosas, entendemos que si estamos en el país tenemos que aceptar la normativa , dicen en una de las principales petroleras.
En la misma línea se ubica la opinión de Daniel Risso, gerente general de Esso y presidente de la Cámara de la Industria del Petróleo, quien meses atrás aseguró en la exposición Argentina Oil & Gas que la empresa iba a responder con inversiones a los pedidos de las autoridades con respecto a la calidad del aire, aunque no se trataba del mejor momento para realizarlas.
Aunque en las petroleras afirmaron que prefieren opinar sobre los cambios “una vez que salga la resolución , deslizaron algunas dudas con respecto a la iniciativa: “No sabemos hasta qué punto tiene sentido realizar importantes mejoras en la calidad de los combustibles cuando ese beneficio sólo podrá ser aprovechado por unos pocos vehículos, porque la mayor parte del parque automotor no está preparado para sacar provecho de esa mejora .