

Me gusta esta frase que leí hace tiempo en un libro que ya ni recuerdo, para reflejar la sensación del mercado que tengo hoy: ‘El futuro ya no es lo que era’.
Cuando yo era chico recuerdo que todos solíamos esperar del futuro cosas buenas, esperábamos siempre algo mejor y ante un presente dificultoso te decían ‘ya va a pasar’, ‘el tiempo ayuda’, etc. A uno lo consolaban diciendo que ya van a inventar la pastilla para adelgazar o contra la caída del pelo, que un hijo vendría con el pan bajo el brazo y muchas frases más.
Sin embargo, ahora, cuando leo los diarios o los informes económicos percibo que esperamos un futuro cada vez peor. Que es el fin del empleo, que la contaminación ambiental nos va a matar a todos, que nos quedamos sin alimento, sin petróleo y sin agua. Que la inflación mundial por exceso de emisión monetaria arruinará el valor de nuestros activos, o que el desempleo va traer una caída de consumo que va a provocar menos demanda, y con eso mas desempleo y viviremos una crisis de deflación. Parece que todo lo que viene es malo.
No pretendo convertir lo que debería ser una columna financiera en un sermón de autoayuda, pero me parece que lo mejor que tiene el mercado hoy es precisamente eso: exceso de pesimismo.
Para mí, sin embargo, esto es como una burbuja inversa: es tanto el pánico al futuro que el inversor está sobre- posicionado en Bonos de Corto plazo y cash. Por ejemplo: un T-Bills americano de tres meses rinde cero. Si leyó bien ‘cero’. Y uno a dos años 0.60%. Con la paradoja de que si la economía real mejora, los bancos centrales van a subir la tasa y los bonos bajarán; y si la cosa empeora, aumentaría el riesgo por tener dólares, los inversores exigirían más tasa y los bonos bajarían también. Mi lectura: ‘exceso de cautela’, que un portafolio rinda cero también es riesgoso en el mundo de hoy.
Otro ejemplo es la cantidad de dólares físicos en la Argentina. Según las exportaciones de dólares de la reserva federal a nuestro país, hay más de 50 mil millones de dólares billete, seguramente escondidos bajo el colchón o en las cajas de seguridad como parte de la dolarización del portafolio que vivimos en el último año. Argentina es el mayor tenedor de dólares físicos per capita del mundo. En otras palabras los particulares tienen más dólares físicos fuera de circulación que las reservas mismas del banco central. Mi lectura: “la falta de confianza ya formó parte en la toma de decisiones a la hora de des-invertir .
El lado positivo es que la decisión de dolarizar ya fue tomada y si algún día vuelve la confianza, ante expectativas de cambio, el flujo sería inverso.
Noviembre fue un mes donde los mercados parecieron más bien planchados con poco volumen y menor volatilidad de lo que estábamos acostumbrados, Diciembre quizás sea igual, porque el 2009 resultó ser un gran año financiero sobretodo comparado con lo que se esperaba a fines del 2008 y nadie va querer arriesgar utilidades ya contabilizadas.
Un buen ejemplo fue la reciente tormenta de arena en Dubai. El día que anunciaron el ‘no’ rescate por parte del gobierno, el mercado, para mi, entendió que no había entonces nada mas grave por tapar (un rescate en el idioma financiero significa que el que tiene poder para rescatar piensa que si no lo hace la cosa puede ser peor y ese fantasma provoca más pánico aún). La reacción posterior de los precios demostró que el mercado no estaba sobrecomprado.
Conclusión: el 2009 fue un año brillante para las finanzas, sobretodo si comparamos las variaciones anuales, y adicionalmente, para mi, vivimos una gran capacidad de recuperación. Espero que el 2010 sea el año de la valorización, porque como cuando era chico y usando el argumento que le puso el titulo a esta nota, uno puede pensar que el futuro también puede ser mejor.










