

Haciendo uso de la cuenta ahorro-inversión del conjunto de jurisdicciones recientemente publicada por la Dirección de Coordinación Fiscal con las Provincias, puede afirmarse que el cierre efectivo del año fiscal 2009 para las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) fue deficitario.
En efecto, alcanzó la cifra de $11.308 millones, equivalente a casi el 1% del PBI. Si se restan los intereses de deuda pagados, el monto se reduce a $8.000 millones, casi el 0,7% del PBI. Es el segundo año consecutivo en el que ambas medidas arrojan déficit, lo cual no es otra cosa que decir que durante el 2008 y 2009 el gasto llevado adelante por el conjunto de jurisdicciones ha superado a los recursos obtenidos por las mismas.
Las magnitudes de los déficit obtenidos no resultan menores y reflejan la necesidad de encarar algún tipo de reformas que modifiquen la tendencia al deterioro fiscal de este actor no menor del sistema federal de gobierno de nuestro país.
Si se observa la serie de los últimos años, puede apreciarse que durante 2009, el déficit fiscal de provincias y CABA registró el máximo valor, marcando nuevamente un riesgo para la sostenibilidad fiscal a futuro. De un superávit fiscal de 0,94% del PBI en 2004 se pasó a un déficit fiscal de casi un 1% del PBI en 2009.
Este importante deterioro fiscal se ha dado en una fase expansiva del ciclo económico, lo cual pone de manifiesto las dificultades para implementar y cumplir con esquemas de responsabilidad fiscal, que impliquen, entre otros, la constitución de fondos anticíclicos. Algunas provincias que tenían algún ahorro guardado, lo usaron durante el 2009 y todavía no lo han vuelto a reponer. Esta acción tiene baja probabilidad de ocurrir, dado el déficit con el que puede finalizar el corriente año.
Para el año 2010 se espera, con alta probabilidad, que los ingresos provinciales presenten un crecimiento del orden del 29% respecto al año anterior, dado el excelente comportamiento nominal conjunto, tanto de la recaudación propia de provincias como de los recursos enviados por la Nación en concepto de Coparticipación y Fondo Federal Solidario. En consecuencia, el comportamiento que termine registrando el Gasto marcará el nivel que efectivamente tenga el Resultado Fiscal del año.
Tomando como base los datos del consolidado de provincias y CABA para el año 2009 y aun suponiendo un escenario neutral en que los gastos crezcan a igual ritmo que los ingresos, se llega a que el conjunto de provincias podría cerrar el año 2010 con un déficit fiscal de $12.850 millones, que representaría el 0,82% del PBI. (Esta reducción en términos de PBI, respecto al valor del año previo, obedece al supuesto de un crecimiento nominal del PBI superior al 29% entre 2009 y 2010.)
La conclusión que puede obtenerse para 2010 es que las provincias y CABA en conjunto seguramente volverán a tener déficit fiscal. La emisión de deuda que ya han realizado algunas provincias tiene correlación directa con este déficit.
Al igual que en el Estado Nacional, en los estados provinciales se requieren reformas de fondo en materia de responsabilidad fiscal, que tengan como esencia su posibilidad de cumplimiento. Y en esto un tema no menor pasa por la transparencia y la rendición de cuentas que faciliten un efectivo y eficiente control ciudadano del accionar del Estado. Son reformas de fondo que algún día habrá que iniciar y sostener bajo la categoría de políticas de estado, un término muy usado desde la retórica pero poco aplicado en la práctica. Quizás ahí esté el inicio de un cambio sustancial en el manejo del Estado y, consecuentemente, en los resultados que éste brinde a los ciudadanos.










