Hay muchos ejemplos de proyectos para impulsar la eficiencia que terminan reduciéndola, de medidas para recortar costos que resultan extremadamente caras y de mejoras en el software que causan meses de caídas en el sistema. Todas las empresas pueden ser víctimas de este efecto contrario al buscado, denominado por algunos efecto revancha. Pero, además, en algunos casos también están saboteando los esfuerzos internacionales por proteger el medio ambiente.
Por ejemplo, se considera que plantar árboles es una forma simple de compensar la emanación de gases de efecto invernadero, pero podría tener una faz literalmente más oscura. Un estudio publicado recientemente por científicos estadounidenses sugiere que, en realidad, hacerlo en latitudes que en invierno suelen estar cubiertas de nieve podría empeorar el calentamiento porque la superficie oscura de la corteza de los árboles refleja menos el sol que la nieve blanca y, en consecuencia, envía menos calor de vuelta al espacio.
También están los biocombustibles. Presentados como una alternativa ecológicamente amistosa para los combustibles fósiles, ahora parecen no serlo tanto. En teoría, los cultivos de los que derivan los biocombustibles deberían eliminar cerca de la mitad de los gases invernadero que genera la combustión de combustible en los vehículos. Pero ahora los ambientalistas han advertido que la demanda de biocombustibles incrementa la tasa de deforestación en Indonesia, Malasia y Brasil, porque los productores agrícolas talan árboles para plantar cultivos que resultan más rentables porque se los usa para fabricar etanol, por ejemplo.
El efecto rebote
Una comisión de expertos en energía de las Naciones Unidas advirtió que el resultado podría ser un incremento neto en las emanaciones de efecto invernadero, además de significativa pérdida de biodiversidad, erosión de suelos y escurrimiento de nutrientes“.
Estos son ejemplos de un fenómeno cuyas consecuencias podrían verse recién dentro de décadas, como ocurrió con los clorofluorocarbonos (CFC). Inventados en 1930 por un químico de General Motors, los CFC eran considerados alternativas estables, no tóxicas y no inflamables, para los peligrosos refrigerantes que entonces se usaban en las heladeras. Recién a mediados de los ’70 los científicos descubrieron el potencial de los CFC para destruir la capa de ozono, lo que expone a millones de personas a niveles más altos de la radiación ultravioleta, que puede causar cáncer de piel.
A veces, la simple sugerencia de un posible efecto revancha es suficiente para socavar toda una industria. Se decía que los cultivos genéticamente modificados eran mejores para el medio ambiente porque, al tener incorporada la capacidad de matar insectos, reducían drásticamente la necesidad de emplear pesticidas de amplio espectro. Sin embargo, la posibilidad de que los cultivos GM desencadenaran un efecto revancha ecológico fue suficiente para disparar una protesta internacional que todavía acosa a la industria de los GM.
En realidad, resultó que los defensores de la ecología estaban en lo cierto, aunque por las razones equivocadas. Temían que las pestes como el gusano del algodón, por ejemplo, adquirieran resistencia al pesticida incorporado en las semillas GM, volviéndose incontrolables.
Pero un estudio chino-estadounidense publicado el año pasado por la Universidad Cornell, encontró evidencias de un efecto más simple pero más serio. Tres años después de haber plantado algodón GM, los productores chinos redujeron marcadamente el uso de pesticidas para combatir el gusano del algodón y su facturación se triplicó. Pero luego proliferaron otras pestes que estaban controladas por los viejos pesticidas y la facturación de los productores está ahora por debajo de la de los que utilizan métodos convencionales.
El arte de las predicciones
Dada su capacidad de reaparecer en cualquier lado y en cualquier momento en formas difíciles de predecir, ¿pueden las empresas protegerse de los efecto revancha? En el pasado era complicado, pero ahora los directivos de las organizaciones pueden usar recursos como Internet y métodos sofisticados de comunicación y de análisis de datos.
Edward Tenner, investigador visitante en el departamento de Historia y Sociología de la Ciencia de la Universidad de Pennsylvania y autor del libro Why Things Bite Back (Por qué las cosas contraatacan), un estudio clásico sobre este fenómeno editado en 1996, cree que hay varias medidas que las compañías pueden tomar y ha dado conferencias sobre el tema en Microsoft, Intel y AT&T.
Es crucial asegurar que la empresa cuenta con gente capaz de detectar la aparición de efectos revancha y lidiar con las consecuencias, dijo Tenner. “Son muchas las compañías que no detectan estos efectos porque ‘tercerizan sus cerebros’. Se supone que las organizaciones con menos personal son más flexibles, pero también pueden estar perdiendo gran parte de su capacidad de responder al cambio .
Según el experto, las compañías deben mantenerse en alerta constante para detectar indicios de efectos revancha potenciales en las noticias y los resultados de las investigaciones. Esto nunca ha sido tan sencillo como ahora, gracias a herramientas online como los alertas de noticias de Google y RSS (really simple syndication).
De todos modos, los casos de efecto contrario al buscado tienen el hábito desagradable de afectar a las empresas de manera inesperada. “La condición necesaria de la vigilancia es la selección y el desarrollo de capacidad a todo nivel. Pero parece estar ocurriendo lo contrario , señaló Tenner y citó los despidos de investigadores en firmas farmacéuticas, como Bayer, entre otras. Para él, esta pérdida de experiencia a gran escala puede dejar al sector vulnerable al que quizás sea el ejemplo más notorio de efecto revancha: los efectos secundarios mortales de medicamentos creados para salvar vidas.
En última instancia, pensar en las posibles consecuencias negativas de los nuevos desarrollos puede ahorrar muchos problemas. “Si se tiene un optimismo excesivo, se corre riesgo de sufrir un efecto revancha. Hay que estar preparado para trabajar en modalidad Ley de Murphy y pensar que todo lo que pueda salir mal va a salir mal , concluyó Tenner.
Traducción: Graciela Rey