Ni siquiera en la previa de Navidad el mercado se toma un respiro. Es que las miradas de los operadores se centran en la suerte del Presupuesto 2026 luego de los cambios introducidos al proyecto original del gobierno con la eliminación del Capítulo 11, que buscaba derogar leyes de emergencia y modificar la movilidad de asignaciones familiares. ¿Será convertido en Ley? ¿Será otro año para la Argentina sin contar con esa norma clave?

Desde el Ministerio de Economía observan al minuto la suerte de la iniciativa. Incluye la autorización a la emisión de deuda bajo legislación Nueva York para el gobierno, en momentos en que Luis Caputo apunta a lanzar, tras ocho años, un bono en el mercado internacional de crédito.

Recuérdese que el 9 de enero vencen u$s 4500 millones por los pagos semestrales de los Globales y Bonares surgidos en la fallida restructuración de la deuda de Martín Guzmán en el 2020. En las próximas horas se aguardan definiciones de cómo Caputo completará ese pago: emitió u$s 1000 millones en un Bonar 29 hace 10 días y el Tesoro silenciosamente se encuentra comprando dólares en la plaza cambiaria de manera tal de requerir lo menos posible de financiamiento adicional, eventualmente un repo con bancos extranjeros, para completar el pago.

El Senado tiene previsto sesionar el 29 para tratar el Presupuesto 2029. El dilema oficial es el siguiente: si se le quieren imponer modificaciones, el proyecto debe volver a Diputados. El margen de tiempo es acotado: el lunes 29 debería ser tratado en Comisión (sólo lo aprueba o veta) y debería ser aprobado en una sesión el 30. ¿Y si no se consigue quórum el 30 para sesionar? Todos recuerdan que estuvo muy justo el oficialismo para conseguir quorum en el tratamiento del Presupuesto la semana pasada. Y las designaciones súbitas de los auditores para la AGN (Auditoría General de la Nación) generaron un frente de combate con el PRO, encabezado por los diputados Cristian Ritondo y Javier Sánchez Wrba.

El clima no da para jugar al fleje. La pelota tranquilamente puede irse metros afuera. Por los motivos arriba mencionados, el gobierno debe jugar al centro de la cancha, mantener en el Senado el proyecto tal como vino de Diputados y garantizarse que el Presupuesto 2026 sea ley. Luego, tras el receso de enero, en febrero se abrirá un nuevo capítulo para las sesiones extraordinarias y ahí sí tratar de resucitar todo lo que quedó en el camino con la eliminación del Capítulo 11, enterrada en Diputados la semana pasada.

¿Primará la prudencia? Fuentes oficiales aseguraron a El Cronista que lo más probable es que se defina aprobar en el Senado el proyecto tal como vino de Diputados. A los mercados financieros no le interesa tanto el Capítulo 11 como el hecho de que la Argentina vuelva a tener un Presupuesto aprobado por el Congreso después de tres años en falta. Sería otra señal de que se va camino a ser un país normal. El escenario contrario, tendría un alto costo para el gobierno que viene alentado por la victoria contundente en las elecciones del 26 de octubre. Al fin y al cabo, en el país tampoco el Presupuesto tiene una fortaleza como la tiene en Estados Unidos: muchas cosas están a tiro de decreto y la reasignación de partidas es una de ellas.

Vienen definiciones clave.