Jerome Powell, en el Simposio de Jackson Hole, deslizó este viernes la posibilidad de un recorte de tasas en la reunión del banco central de septiembre, pero se abstuvo de comprometerse a hacerlo. Sus comentarios fueron por una línea delicada: reconoció los crecientes riesgos sobre el mercado laboral, pero advirtió que los riesgos de mayor inflación persisten. "Si bien el mercado laboral parece estar equilibrado, es un equilibrio curioso que resulta de una marcada desaceleración tanto en la oferta como en la demanda de trabajadores. Esta situación inusual sugiere que los riesgos a la baja para el empleo están en aumento. Y si esos riesgos se materializan, pueden hacerlo rápidamente", dijo Powell en Jackson Hole, Wyoming. "También es posible, sin embargo, que la presión alcista sobre los precios por los aranceles pueda generar una dinámica inflacionaria más persistente, y ese es un riesgo que debe evaluarse y gestionarse". Los comentarios de Powell abren la puerta a un recorte de tasas en la reunión de la Fed del 16 y 17 de septiembre, pero también ponen un peso significativo sobre los informes de empleo e inflación que se conocerán antes de esa fecha. La intervención ofrece poca guía sobre cuán pronto o rápido podrían bajar las tasas, lo que probablemente aumente la presión del presidente Donald Trump, quien sostiene que no hay riesgo de inflación y que la Fed debería reducir las tasas de inmediato. La tasa de referencia de la Fed, ubicada actualmente en un rango objetivo de 4,25 % a 4,5 %, se mantiene elevada en comparación con estándares recientes. Desde la crisis financiera de 2007 hasta 2023, nunca se había alcanzado un nivel similar, lo que refuerza la relevancia de cada señal que emita Powell sobre la posible dirección de la política monetaria. A este contexto económico se suma la presión política. La administración de Donald Trump ha aumentado su influencia sobre la Fed, con intentos de remover a la gobernadora Lisa Cook y sumar miembros alineados con políticas de tasas más bajas. De concretarse, esto podría otorgarle a Trump cuatro de los siete votos de la junta favorables a su agenda de recortes, lo que añade un factor adicional de incertidumbre para los mercados. Los inversores ya anticipan movimientos en los mercados de renta variable: los futuros de los principales índices de Wall Street mostraban leves avances este viernes. Los analistas destacan que Powell deberá equilibrar los riesgos de un mercado laboral debilitado con una inflación que no muestra signos claros de enfriamiento salarial, un desafío que será central en su intervención. Agustín Bilinskis, director de Desarrollo de Negocio de VT Markets, advirtió en diálogo con El Cronista que existe un trasfondo político: "Con elecciones en EE.UU. y crecientes especulaciones sobre el futuro liderazgo de la Fed, algunos inversores ven este Jackson Hole como la última oportunidad de Powell para fijar un legado". "Si el mercado percibe que se trata de su ´acto final´, podría aumentar la volatilidad. Si eso sucede, derivaría en un dólar más volátil, por incertidumbre sobre la continuidad de la línea monetaria. También mayor sensibilidad en tasas largas, porque el riesgo de sucesión abre dudas sobre el sesgo de la Fed post-2025", dijo Bilinskis. Y es que a diferencia de años anteriores en los que el mensaje fue ultra-hawkish ("higher for longer") o en 2023 cuando se buscó sostener la credibilidad en el 2% de inflación, ahora este 2025, en cambio, la coyuntura es distinta, el tono de este Jackson Hole probablemente sea menos combativo, pero no por ello carente de riesgos. Desde LBX, bróker online parte del Grupo Libertex, analizaron que hay una creciente especulación sobre el mandato de Powell, pero "los mercados están más enfocados en las señales de política monetaria que en los plazos personales". Sin embargo, si los inversionistas perciben este evento como su última intervención clave, podrían interpretar sus palabras con mayor peso, lo que potencialmente amplificaría la volatilidad en los bonos del Tesoro y el dólar. "Un discurso moderado por parte de Powell podría generar entradas de capital a corto plazo en los mercados emergentes, incluida Argentina. Sin embargo, los riesgos específicos del país -como la volatilidad política, la inflación y la dinámica cambiaria- son determinantes. La liquidez global ayuda, pero la credibilidad interna es el verdadero motor de los flujos sostenidos", apuntó LBX. En este sentido, los sectores orientados a la exportación, como el agroindustrial y el energético, podrían beneficiarse de una dinámica más débil del dólar estadounidense y de una mejora en los flujos de capital. Por otro lado, LBX aclara que los servicios financieros y las empresas con alto nivel de apalancamiento son los más expuestos, dada su sensibilidad al costo del financiamiento y a la volatilidad del tipo de cambio. Según analizaron desde VT Markets, para un inversor argentino, esta cumbre Jackson Hole puede marcar el tono del trimestre: "confirmar un recorte de tasas en EE.UU. abriría una ventana de flujos hacia emergentes, pero en Argentina esa ola solo se capitalizará parcialmente, dada la prima de riesgo local", plantearon en línea con LBX. Un recorte en EE.UU significa menor rendimiento relativo en dólares, lo que tiende a presionar al alza activos emergentes y commodities. Al mismo tiempo con el dólar global más débil puede aliviar la presión cambiaria en Argentina en el corto plazo. Jackson Hole puede actuar como catalizador de flujos hacia emergentes. Sin embargo, los grandes beneficiados serían Brasil, México o Chile, que ofrecen liquidez y estabilidad relativa. Argentina, en cambio, podría recibir flujos especulativos de corto plazo (carry trade), pero no estructurales mientras no se resuelva la cuestión macro y de deuda.