El mercado cripto atraviesa una semana decisiva. Bitcoin, que durante meses mantuvo firme el soporte de los u$s 100.000, perdió ese nivel clave en medio de un retiro masivo de fondos institucionales y señales de debilidad en los indicadores on-chain. La presión llegó principalmente desde los ETF al contado, que acumulan cinco días consecutivos de salidas por casi u$s 1900 millones, un reflejo del giro hacia la cautela entre los “big players” del mercado. Según los datos más recientes, los rescates se concentraron en el fondo de Fidelity (FBTC), con u$s 356 millones en salidas, seguido por ARKB (-u$s 128 millones) y GBTC (-u$s 49 millones). Ningún vehículo registró ingresos netos. Se trata del drenaje diario más alto desde agosto, una señal clara de desarme de posiciones tras meses de flujos positivos. La racha bajista de los ETF, que habían sido uno de los principales catalizadores del bull market, ahora opera en sentido contrario, lo que termina por sumar presión sobre al precio del BTC, que opera sobre los u$s 103.700 tras una recuperación. El impacto fue inmediato. Bitcoin llegó a perforar los u$s 100.000 en los principales exchanges. Los expertos advierten que nuevas salidas de capital en los próximos días podrían consolidar el escenario “risk-off”, mientras que una sola jornada de entradas no alcanzaría para revertir el pesimismo. Carolina Gama, Country Manager de Bitget en Argentina, en diálogo con El Cronista, comentó que el discurso más reciente de la Reserva Federal (Fed) generó preocupación entre los inversores, pues hubo falta de consenso sobre la decisión en la próxima reunión y lo único que quedó claro es que la inflación aún no está controlada. “Esto, junto con el shutdown (cierre del gobierno federal) más largo de la historia en Estados Unidos y posibles señales de deterioro de la economía, aumenta la incertidumbre y afecta a los activos de riesgo, como el Bitcoin”. A nivel macro, la paradoja es evidente: la liquidez global se encuentra en máximos históricos —la M2 mundial ronda los u$s 95,8 billones— y sin embargo Bitcoin no logra sostener su impulso. En otras palabras, el dinero abunda, pero la confianza no. Parte de la explicación pasa por el comportamiento del Tesoro de EE.UU., la distribución de los tenedores de largo plazo y una correlación del 85% entre el BTC y el Nasdaq, que lo volvió más dependiente del humor bursátil que de sus fundamentos propios. Sobre esto, Adrián Castro, Analista y Operador Senior de Mercado, comentó a este medio que, en un contexto de creciente tensión en los mercados de liquidez, el récord de u$s 50.350 millones operados en el Standing Repo Facility (SRF) de la Fed el 31 de octubre de 2025 refleja las presiones típicas de fin de mes y el impacto del fin de la contracción cuantitativa (QT). Castro indicó que el SRF funciona como un respaldo de emergencia del sistema financiero: “Ofrece préstamos overnight a bancos y primary dealers contra colateral de alta calidad —bonos del Tesoro y MBS— a una tasa del 4,25%. Estas operaciones se realizan dos veces al día y se revierten al día siguiente, con lo que se evita una expansión permanente del balance de la Fed. Si bien estabiliza las tasas de corto plazo, su uso en niveles récord sugiere tensiones latentes de liquidez”, aseguró. Para Castro, una caída en los mercados estadounidenses podría arrastrar a las criptomonedas, donde el nivel de u$s 102.000 en la media móvil de 50 semanas de Bitcoin se presenta como un punto técnico decisivo. “Los inversores deberían monitorear de cerca las reservas bancarias y las tasas de repo en las próximas semanas, ya que podrían anticipar los próximos movimientos de liquidez global y su impacto directo sobre Bitcoin y los activos de riesgo”, aconsejó el estratega. Y es que, en el plano técnico, el panorama se deterioró. Bitcoin cayó por debajo de su promedio móvil de 365 días (unos u$s 102.000), considerado la “última línea de defensa” antes del bear market de 2022. El índice “Bull Score” de CryptoQuant cayó a cero por primera vez desde junio de ese año, lo que expone una debilidad estructural en los flujos de capital. Si BTC no logra recuperar la zona de los u$s 100.000 en el corto plazo, algunos modelos de precios realizados apuntan a una posible corrección hacia los u$s 72.000 en uno o dos meses, tal como explicó Castro. Por su parte, Matías Alberti, country manager de Coinbase Argentina recordó que, durante 2025, tanto el oro como los activos digitales se vieron impulsados por una misma lógica: “La búsqueda de cobertura frente a la pérdida de valor de las monedas tradicionales. Sin embargo, la dinámica que explica su desempeño es distinta”, señaló. En el caso del oro, los precios elevados ampliaron los márgenes de extracción y estimularon una mayor producción. En cambio, en el ecosistema cripto la emisión de Bitcoin permanece fija y no puede ajustarse ante un repunte de precios. “Por eso, los flujos especulativos, como las entradas a los ETF y las compras de tesorerías corporativas, son los que terminan por determinar la evolución del precio”, comentó Alberti. El mercado cripto se encuentra en un equilibrio frágil entre miedo, liquidez y paciencia. La conclusión de los expertos es clara: un nuevo tramo de salidas institucionales podría acelerar la corrección y poner a prueba la estructura del ciclo alcista. Pero si los flujos se estabilizan y vuelve la confianza, los u$s 100.000 podrían transformarse —otra vez— en el piso psicológico sobre el que reconstruir el próximo impulso del Bitcoin.