El Gobierno ya comenzó a hacer uso del margen que se dio para emitir más pesos. El viernes pasado, mismo día en el que se conoció la maniobra contable que le permitirá cumplir con la meta de financiamiento monetario del segundo trimestre acordada con el FMI, el Banco Central volvió a girarle pesos al Tesoro.

Según pudo saber El Cronista, el nuevo envío -que también coincidió con la publicación del último REM, en el que los analistas ajustaron al alza sus pronósticos de inflación- fue de $ 124.000 millones. De esta manera, las transferencias de la entidad que preside Miguel Pesce hacia el Tesoro ascenderían a unos $ 182.051 millones, un 41% del límite de $ 438.000 millones fijado para el cierre de junio y un 25% del tope de financiamiento total para el año, que asciende a $ 705.228 millones, equivalentes al 1% del PBI.

De no ser por la mencionada maniobra contable, y en caso de que el monto de $ 123.000 millones de este nuevo Adelanto Transitorio se verifique, el Gobierno ya hubiera incumplido la meta de financiamiento monetario, considerada como la más accesible dentro del programa con el FMI. Es que de no haber utilizado los DEG del FMI para cancelar Adelantos Transitorios por $ 322.400 millones con el Banco Central, los envíos acumulados en 2022 ya ascenderían a $ 504.500 millones, por encima del límite permitido para esta altura del año.

Si bien la cancelación de los Adelantos Transitorios le dio aire al Gobierno para cumplir la meta monetaria del acuerdo con el FMI, la noticia no cayó bien entre los analistas privados.

"Implica una verificación del problema de financiamiento que está teniendo el Tesoro hacia adelante. Se está complicando el rollover de la deuda del Tesoro y esta maniobra lo manifiesta", advirtió Federico Furiase, de Anker Latinoamérica.

Similar diagnóstico brindan desde Ecolatina. "El hecho de que se haya recurrido a esta fuente de financiamiento en el primer semestre y no en el segundo (cuando el déficit es estacionalmente más elevado) también es indicativo de que la trayectoria fiscal está resultando más ardua que lo esperado", subrayaron en un informe.

Para los analistas de la consultora, la maniobra que realizó el Gobierno con los DEG "confirma que la emisión monetaria en 2022 seguramente sea superior al 1% del PIB".

Es que según argumentaron, el mismo mecanismo implementado puede volver a repetirse en lo que resta del año, dado que el margen para la utilización de DEGs como refuerzo presupuestario se sitúa en u$s 4400 millones. La cancelación de AT representa apenas un poco más de la mitad, por lo que calcularon que "el máximo margen de emisión monetaria asciende en 2022 a 1,8% del PIB".

"Habrá que seguir monitoreando las licitaciones de deuda del Tesoro frente a un rojo fiscal con un piso elevado y una dinámica de precios que complica la colocación de instrumentos no indexados", concluyó el trabajo de Ecolatina.

Santiago Manoukian, economista de Ecolatina, señala que "el factor más relevante detrás de esta dinámica está configurado por una política fiscal más expansiva de lo que se esperaba". Y en ese sentido, advirtió que "encima se da con la estacionalidad jugando a favor, ya que el gasto suele acelerarse en la segunda parte del año".

"Ese mayor déficit fiscal está conviviendo con un mercado de pesos que pide plazos menores y más tasa. Eso se manifiesta en la caída del rollover de la deuda del Tesoro, que en mayo apenas superó el 100% y que según nuestros cálculos debería viajar por encima del 120% para financiar este bache fiscal. Esto marca una señal de alerta, y cada licitación que veamos hacia adelante va a ser un test del mercado", expresó.