Cada día parece ser un poco más evidente por los informes de empleo, pedidos de bienes duraderos, ventas al por menor y producción industrial, por nombrar algunos, que el impulso económico que se observó en los dos últimos trimestres de 2013 está desvaneciéndose poco a poco. Y, aunque el mal clima fue la causa más utilizada para explicar dicha desaceleración en diciembre y enero, la validez de este argumento pierde fuerza (o más bien sentido) en los meses de septiembre, octubre e incluso noviembre.

Con esto en mente, destaca Sala de Inversión, esta semana adquiere especial relevancia en la agenda económica la revisión del Producto Interno Bruto del cuarto trimestre que, de acuerdo con el pronóstico de los expertos, mostrará una tasa anualizada ajustada del 2,6%, considerablemente inferior al 3,2% de la lectura anterior. De confirmarse la previsión, sin duda, restará brillo al que se veía como uno de los mejores semestres de crecimiento en una década gracias al aumento del gasto de los consumidores y el incremento de las inversiones de las empresas.

En conjunto, el sector inmobiliario será el que se vea mayormente influenciado por el índice de precios de la vivienda de la Agencia Federal de Financiamiento de la Vivienda, con un incremento estimado de 0,5% en diciembre, y los precios de la vivienda en las 20 mayores ciudades de EE.UU. según el índice elaborado por S&P Case-Shiller, cuya tasa anualizada se espera en el 13,3% en diciembre.

Sin embargo, para determinar el estado de la demanda el dato definitivo será la venta de nuevas viviendas, cuyo pronóstico señala una contracción del 1% a un ritmo anual de 410.000 unidades en enero, luego de caer 7% en diciembre, cuando el precio de las casas alcanzó 270.000 dólares, su nivel más alto desde 2005. En todo el 2013 el precio promedio de la nueva vivienda repuntó un 8,4% sobre el año anterior. Asimismo, también se espera una mejora en los contratos para la compra de casas usadas, que al cabo de uno o dos meses se convierten en ventas, y para los que se anticipa un alza de 2% en enero tras caer 8,7% en diciembre a mínimos en más de dos años, descenso que los economistas justificaron por la ola de frío que azotó a todo el país.

Otra importante referencia a seguir en las próximas jornadas son los pedidos de bienes duraderos, anticipados en negativo por segundo mes consecutivo (-1%), tras el inesperado bajón registrado en diciembre (-4,3%), por la débil demanda de equipos de transportes, productos electrónicos y bienes de capital. Un nuevo descenso en este indicador, aunque bastante menos pronunciado, podría respaldar la visión de que la actividad en las fábricas está enfriándose desde antes de que comenzase el año. También en el sector fabril, el PMI de gerentes de compra de Chicago posiblemente se anote una lectura de 58,3 enteros en febrero, 1,3 puntos menos que el mes previo. Mientras que para anticipar variaciones en los hábitos de consumo (y tomar la temperatura del gasto) contaremos con el índice de Confianza del Consumidor elaborado por el ConferenceBoard, previsto en enero en 80 enteros.

Por otra parte, los resultados trimestrales marcarán la pauta a seguir en el sector minorista donde publican la cadena de departamentos Macy’s, el mayor distribuidor textil del mundo, The Gap, y la cadena de ferreterías y materiales de construcción Home Depot, entre otras.