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Argentina arranca la semana desafiando el clima enrarecido que domina a los mercados globales por la expectativa de una suba de tasas en Japón. Mientras el repunte violento de los rendimientos de los bonos nipones reavivó el fantasma del desarme del carry trade y golpea a Wall Street, los activos argentinos se mueven en sentido contrario.
Los ADR operan en alza, el S&P Merval muestra una rueda mayormente verde y los Globales conservan la tendencia de suba. En un lunes en el que el mundo mira con preocupación el giro monetario japonés, Buenos Aires vuelve se mueve en su propio eje.
Los bonos soberanos arrancan diciembre con una dinámica dividida, casi calcada de lo que dejó noviembre: firmeza en la curva ley extranjera y un arranque flojo para los Bonares, que vuelven a cargar con la mayor sensibilidad al humor local.
La foto de la mañana muestra a los Globales con cierta estabilidad. El GD29, GD30, GD35 y GD38 se mueven con variaciones mínimas, entre neutro y leves bajas, pero defendiendo sin esfuerzo las paridades altas construidas en las últimas seis semanas.
El contraste vuelve a aparecer del lado de los Bonares. El AL29 cae alrededor de 0,7%, el AL30 retrocede en la misma magnitud y el AL35 se desliza más de 1,6%.
El AL38 y el AL41 también ceden, confirmando que diciembre arranca con la curva local presionada y sin acompañar la estabilidad de los Globales.
ADR y acciones
A contra mano de Wall Street, los papeles de empresas argentinas que cotizan en esa plaza anotan mayoría de subas de hasta 1,6%: sube Tenaris y BBVA Argentina. El New York Stock Market (NYSE) se precipita en todos sus índices por tensión en el mercado global por el estrés en Japón.
En Buenos Aires, el S&P Merval sube y es una sesión más verde que roja para las acciones del Panel Líder. Lidera Aluar (+2,9%); Transportadora de Gas del Sur (+2,7%) y Transener (+2,7%).
El Banco de Japón evalúa subir las tasas
El gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, dijo que la entidad considerará los “pros y contras” de subir las tasas en su próxima reunión de política monetaria, lo que llevó a los operadores a aumentar con fuerza las apuestas a un alza.
El yen llegó a apreciarse hasta 155,49 por dólar tras los comentarios, y el rendimiento del bono japonés a dos años subió 2 puntos básicos, alcanzando su nivel más alto desde junio de 2008. El par dólar/yen siguió firme durante la sesión europea y tocó 154,79.
Las tasas ultrabajas en Japón son la base de un carry trade muy popular, en el que los inversores se endeudan en yenes a bajo costo para colocar ese capital en activos más riesgosos. Fiona Cincotta, analista senior de City Index, dijo que el ánimo bajista del mercado este lunes podría deberse a que una suba de tasas en Japón volvería menos rentable esta estrategia.
“Las preocupaciones sobre un desarme del carry trade vienen rondando hace tiempo, pero creo que los comentarios del gobernador Ueda insinuando una suba en diciembre realmente reavivaron esos temores”, afirmó.
El índice dólar cayó 0,4% en el día, hasta 99,06, mientras que el euro avanzó 0,4% hasta US$ 1,1646.
Desde Guardian Capital explicaron que los rendimientos de los bonos soberanos de la eurozona subieron levemente mientras los inversores esperan los datos de inflación que se publicarán el martes. El rendimiento del bono alemán a dos años —el más sensible a las expectativas sobre la política del BCE— alcanzó su nivel más alto desde el 28 de marzo.
Los índices de gestores de compras publicados el lunes mostraron debilidad en la manufactura tanto en Europa como en las principales economías de Asia en noviembre, afectados por una demanda interna apagada y la incertidumbre en torno a los aranceles.
Los rendimientos de los bonos japoneses volvieron a subir con fuerza ante el renovado pricing de una suba de tasas del Banco de Japón. Tanto el rendimiento a 2 años como el de 10 años escalaron a niveles que no se veían desde 2008, una señal de que el mercado empieza a descontar un giro más restrictivo en la política monetaria japonesa.
Ese movimiento presiona toda la curva de JGBs y reconfigura los flujos globales de renta fija, afectando especialmente a las estrategias de carry trade, que durante años se apoyaron en el costo casi nulo de endeudarse en yenes.
¿Por qué importa? Porque este salto marca, en los hechos, el final de décadas de financiamiento casi gratuito proveniente de Japón. Con una inflación que persiste por encima de lo habitual para la economía nipona, el país abandona su rol histórico como última fuente de liquidez barata del mundo, lo que empieza a generar repatriación de capitales.
Este cambio es, en sí mismo, un shock de liquidez global. Y figura entre los factores que explican parte del reciente retroceso de Bitcoin, un activo altamente sensible a los movimientos de liquidez internacional.