La controvertida propuesta que lanzó el economista Emanuel Alvarez Agis de imponer un impuesto a la extracción de efectivo para incentivar la formalización de la economía para reemplazar el impuesto al Cheque recibió un duro ataque del Gobierno, pero el sistema financiero, directamente involucrado en la cuestión, recibió con “cierta gracia” y algo de simpatía a la propuesta. “Yo creo que hay que cobrar un impuesto al efectivo de manera tal que el consumidor sea el que induzca al comercio a blanquearse”, dijo Alvarez Agis en el programa Batalla Cultural por El Destape, explicando que se aplicaría en hasta el 10% de los montos extraídos. Y precisó que en la práctica sería: “Voy al cajero, pongo $1000 y salen $900”. El ex viceministro de Economía y socio de la consultora PxQ argumentó que en ese caso “el consumidor te exige pagar con medios digitales de pago, porque vos tenés un impuesto al efectivo, eso obliga al comercio a formalizarse y sobre todo premia a todas las compañías, como la mía, que tenemos todos los flujos formalizados”. La iniciativa produjo el contundente rechazo del presidente Javier Milei, quien se refirió a Álvarez Agis como “Kirchnerista = ladrón”, y sostuvo que “el que fue viceministro de economía de (Axel) Kicillof propone de modo abierto robarte el 10% de tus ingresos que destines al consumo”. Alvarez Agis remarcó que la implementación del nuevo tributo contempla la eliminación del Impuesto al Cheque, centrándose en promover la formalización no solo en empresas, sino a nivel general, al trasladar la demanda de operaciones digitales al consumidor final. Para el actual viceministro de Economía, José Luis Daza, a la idea “tan tóxica como a su vez destructiva”. “Desestabiliza el sistema bancario, castiga especialmente a los más pobres (usan más efectivo), desincentiva la bancarización necesaria para el desarrollo, fomenta la evasión ‘creativa’ e incentiva la compra de dólares para guardarlos ‘bajo el colchón’… y mucho más”, expresó. No obstante, en el sistema financiero no ven tan mal una propuesta de ese tipo. Aunque no en forma unánime, se recibió con gracia el “cambiar un impuesto al Cheque por un impuesto al efectivo. En lugar de cobrar por las transacciones financieras que pasan por los bancos, cobrar cuando alguien trae efectivo, cuando se lleva efectivo, eventualmente”, explicó un referente de la banca. “Obviamente, con ciertos montos, con algún límite, puede funcionar”, opinó. Otros no comulgan con la propuesta de Alvarez Agis y la consideran ridícula, sobre todo por la alícuota que lanzó del 10 % que planteó. “Es casi como Ingresos Brutos, es ridículo”, dijeron en una entidad. “Lo que hay que hacer es directamente eliminar el impuesto al Cheque, que desvía la economía al circuito del efectivo”, recalcó. En México, y con objetivos de fiscalización, volvió a entrar en vigor un impuesto a los depósitos excedentes de dinero en efectivo. En efecto, en un país en el que el uso de cash supera por mucho el bancarizado, se procura blanquear y fiscalizar adecuadamente, y por eso se aplica 3% por encima de depósitos en efectivo de $ 15.000, equivalentes a unos u$s 800 por cliente. “En la práctica, lo que generan este tipo de cosas, como el Impuesto al Cheque o el Impuesto al Efectivo, es que los que están de un lado no quieran pasar al otro”, explicó, a la vez, un ex alto funcionario del Banco Central. El banquero consultado detalló que “el efectivo circula en un circuito de efectivo, que no pasa por los bancos, y lo que está en los bancos como depósito, no sale en efectivo porque alguien está dispuesto a darte ese efectivo a través, a cambio de una transferencia bancaria, para no pagar el impuesto”. Indicó que en esos casos, “se arman como islas que se tocan poco, porque lo que termina pagando es lo que pasa de una isla a la otra”, por ejemplo, al pasar del mundo del efectivo al de las transferencias bancarias. “Por lo general, recaudan más los impuestos al cheque que los impuestos al efectivo, pero si estando del lado bancario, tengo que elegir, prefiero un impuesto al efectivo que un impuesto al cheque”, añadió. Del lado de los banqueros resistentes, marcaron la necesidad de no imponer más impuestos, bajar todos, empezando por el impuesto al cheque, y recordó que, precisamente, el efectivo “contribuye a todo lo que tiene que ver con corrupción, lavado de activos, narcotráfico, cualquier otro tipo de delito, porque no podés tener trazabilidad de las operaciones”, razón por la cual propugna el dinero digital. En mayo de 2022, la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba), que agrupa a los bancos privados de capital nacional, había presentado un trabajo analítico acerca de la repercusión de manejo de efectivo, que por entonces estaba influido por la expansión de dinero en un contexto inflacionario. Los banqueros explicaban entonces que la informalidad de la abundancia del circuito del efectivo se explicaba, entre otras causas, por la vigencia del impuesto al cheque, que grava con 0,6% cada movimiento bancario. Además, la banca reclama medidas para bloquear los movimientos de efectivo provenientes de las billeteras digitales y medios de pago que utilizan las redes de cajeros automáticos de sus sucursales sin pagar costos. En esa misma línea, aseguran que la regulación de las fintech no bancarias las exime de los resguardos y costos elevadísimos del manejo del efectivo, por lo cual propugnan las transferencias digitales.