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El Indec dará a conocer la inflación de marzo el próximo viernes 14 y según los cálculos privados y el propio Gobierno se ubicó en el orden del 7 por ciento.
Por lo tanto, el Banco Central se verá obligado a analizar nuevamente un aumento de la tasa de interés, ya que el 6,5% que pagan los depósitos a 30 días quedará como tasa negativa. Más allá de las voluntades, debe hacer frente al pedido del FMI de dar una tasa positiva a los ahorristas.
Nueva tasa
Si la inflación marca 7% redondo, deberían subir la tasa 500 puntos para que un plazo fijo pague lo mismo que el alza de precios, aunque es complicado que la aumenten tanto porque encarecerían en gran medida la tasa de fondeo de los bancos y los préstamos en general.
No sólo los personales, sino los adelantos en cuenta corriente o el descuento de cheques, las dos formas más usuales que tienen las empresas para financiarse.
Así, alimentarían una rueda y generarían un círculo vicioso, ya que a las compañías se les encarecen sus costos financieros, que deben trasladar al producto y aumentarlo, con impacto en la inflación de este mes.
Por lo tanto, el Banco Central se verá obligado a analizar nuevamente un aumento de la tasa de interés, ya que el 6,5% que pagan los depósitos a 30 días quedará como tasa negativa. Más allá de las voluntades, debe hacer frente al pedido del FMI de dar una tasa positiva a los ahorristas.
Déficit cuasifiscal
Además, el BCRA aumentaría así el déficit cuasifiscal y en consecuencia habría mayor emisión monetaria, también alimentando precios al pagar más remuneración a los depósitos de los bancos.
De ahí que no la tiene sencilla el directorio del Central sobre cuál es el nivel de equilibrio de la tasa de interés.
En un año electoral como el actual y con unas PASO a la vuelta de la esquina y el cierre de listas más cerca aún, lo principal es evitar una disparada del dólar, como la que ocurrió con la renuncia intempestiva de Martín Guzmán al Palacio de Hacienda.
El cuco del blue
Cuando se habla del dólar no se habla del oficial, que no es para prácticamente para nadie, ya que los importadores sufren un torniquete cada vez mayor. Se habla al precio del billete en la calle, del blue. Y para evitar un salto del informal, es clave tener una tasa de plazo fijo acorde con la inflación.
Si la inflación marca 7% redondo, deberían subir la tasa 500 puntos para que un plazo fijo pague lo mismo que el alza de precios, aunque es complicado que la suban tanto porque encarecerían en gran medida la tasa de fondeo de los bancos y los préstamos en general.
Si bien los depósitos UVA lo logran, ya que pagan lo que fue el IPC anterior, lo cierto es que 90 días en la Argentina equivalen a 20 años en Suiza, por lo que arriesgarse a tener los pesos inmovilizados por tres meses es para valientes.
Si bien es cierto que se pueden rescatar a 30 días, en caso de elegir la opción precancelable, en ese caso el rendimiento pasa a ser menor, incluso, al de un depósito tradicional.
En enero eran el 4% del total de los depósitos y ahora son el tres por ciento. Mientras el stock de plazos fijos tradicionales creció $ 800.000 millones, el de los ajustados por UVA se redujo $ 40.000 millones.
Además, el BCRA aumentaría así el déficit cuasifiscal y en consecuencia habría mayor emisión monetaria, también alimentando precios al pagar más remuneración a los depósitos de los bancos. De ahí que no la tienen sencilla en el directorio del Central sobre cuál es el nivel de equilibrio de la tasa de interés.
¿Cuál es hoy el piso y el techo del blue?
En las mesas de dinero se fijan en los dos tipos de cambio del dólar tarjeta. El dólar turismo vale $ 380 para gastos de hasta u$s 300 por mes, que sería lo mínimo a lo que podría, eventualmente, llegar a bajar.
Mientras el techo lo pone el dólar Qatar, que llegó ya a los $ 435. En el medio, siempre miran de reojo cómo se mueve el dólar cripto, ahora en $ 396, y por lo general a la par del billete, lo que marca que el informal puede tener más chances de trepar algún peso que de bajar de los $ 392 de su último cierre.