Tras meses de insistir en que PepsiCo, el grupo estadounidense de bebidas y snacks, va a seguir adelante como una sola empresa, en las últimas semanas surgieron los cuestionamientos a esta estrategia, luego de que el inversor y activista Ralph Whitworth comprara una participación de u$s 600 millones en la compañía.
Conocido como agitador corporativo, Whitworth está alentando a Indra Nooyi, CEO de PepsiCo, a dividir la compañía.
La aparición de este accionista activista (aunque tiene una participación de sólo 0,6%) se produce en un momento complicado para PepsiCo. Nooyi ha desestimado un creciente coro de cuestionamientos sobre sus planes y trata de superar la percepción de que ella es la “CEO de nutrición”, que no presta atención a las marcas centrales de la compañía.
Este año PepsiCo anunció un agresivo plan de reestructuración, que integra más el marketing de sus marcas de bebidas y snacks e invertir más en publicidad. Pero Whitworth, jefe de Relaciones con Inversores, está presionando para que se deshaga de su castigado negocio de bebidas en EE.UU. y se concentre en vender snacks y bebidas en otras regiones.
Desde que Kraft, el grupo de alimentos norteamericano, anunció el año pasado que se va a partir en dos, una compañía de productos de almacén en EE.UU. y una firma global de snacks, los analistas e inversores se preguntan si PepsiCo debe hacer lo mismo. “Como muchos inversores, estamos disconformes y creemos que PepsiCo es más valiosa dividida en partes”, dije Caroline Levy, analista de CSLA.
PepsiCo está buscando formas de mejorar sus márgenes en su negocio de bebidas de Norteamérica, pero no cambió la estrategia trazada en febrero. Nooyi presentó un plan para revivir las marcas de menor desempeño y abordar las preocupaciones sobre el negocio de refrescos en EE.UU, que ha visto caer las ventas y participación de mercado de sus gaseosas insignia frente a Coca-Cola.
“Si este pobre desempeño no puede resolverse desde el punto de vista operativo, entonces habrá que encontrar soluciones estructurales”, dijo Nooyi.
La compañía reconoció que si las nuevas inversiones no dan resultado dentro de 18 meses, firmará joint ventures, otorgará nuevas franquicias de embotelladoras o incluso se librará de ellas. PepsiCo recientemente compró sus embotelladoras para aumentar su control sobre la distribución, pero algunos analistas señalan que la inversión no ha valido la pena.
