El 29 de agosto, Carlos Tavares, Director de Operaciones de Renault, renunció a su cargo luego de una reunión de emergencia del directorio.
Solo dos semanas antes, el ejecutivo portugués había dado una entrevista que convulsionó a la industria automotriz: se había animado a sugerirle a su respetado jefe que le iría mejor como director ejecutivo de una automotriz competidora.
Sus comentarios, realizados a la agencia de noticias Bloomberg el 14 de agosto, hasta ahora no lograron depararle un trabajo espectacular en otra empresa. De todos modos, los comentarios inesperados de un hombre considerado el heredero no forzoso de la segunda automotriz más grande de Francia destaparon la historia más intrigante de la industria automotriz: la sucesión.
Se espera que muchas de las automotrices más grandes del mundo, todas dirigidas por hombres, cambien sus directores ejecutivos en breve.
"Seremos testigos del comienzo de una transición generacional en los próximos 12 a 18 meses, afirma un ejecutivo senior de una automotriz mundial. Se aproxima un ciclo en la industria. En una industria que requiere un extenso desarrollo de productos y exige decisiones de inversión a largo plazo, los directores ejecutivos suelen ocupar su cargo unos diez años. Ellos definen las empresas y sus vehículos por años.
La sensación de anticipación vinculada con los potenciales líderes es tal que cuando General Motors apenas modificó la composición de la jubilación del director ejecutivo Dan Akerson, de 64 años, en abril, se desató un aluvión de especulaciones de que él pensaba renunciar.
La presión del directorio en Dieter Zetsche, presidente de Daimler, y los movimientos de los principales candidatos a reemplazarlo han generado más titulares este año que el desempeño financiero de la compañía.
Los directores ejecutivos de automotrices más poderosos del mundo tienen antecedentes variados. Atrás quedaron los tiempos en que un título de ingeniero y diez años de experiencia en la línea de producción eran el camino al éxito. Los siete grupos automotrices más grandes de la actualidad están dirigidos por un ex ejecutivo de la aviación (Ford), un contador (Fiat-Chrysler), un experto en llantas (Renault-Nissan), un oficial naval devenido en ejecutivo de títulos privados (GM), un metalúrgico (Volkswagen) y dos hijos de familias distinguidas (Toyota y Hyundai).
Ford y Fiat recurrieron a empresarios exitosos ajenos a la industria para que las rescate en los últimos 10 años. Ambas se recuperaron a gran escala, principalmente gracias al rigor financiero y la reestructuración.
Hoy en día hay muy pocas personas que verdaderamente pueden considerarse expertas en autos [en cargos jerárquicos], sostiene Stefano Aversa, director general de AlixPartners, una consultora. El concepto de que un ejecutivo de gran jerarquía debería ser un experto en autos que conoce el producto de cabo a rabo, ya no es cierto.
Pero en Volkswagen, mayormente dirigida por ingenieros y gerentes con enfoque técnico, tales como el director ejecutivo Martin Winterkorn, el éxito se construyó sobre la base de un enfoque riguroso de mejorar la ingeniería de los vehículos. En el segmento premium, es necesario ser experto en producto, con orientación a largo plazo, agrega Aversa. Pero en volumen de producción principal, más bien hace falta capacidad general de gestión, disciplina financiera.
Tavares dijo que Ford y GM eran las dos empresas que se sentía capacitado para dirigir. Ambas negaron su intención de contratarlo, pero se considera que estas dos empresas son las que más probablemente den comienzo al esperado aluvión de sucesiones. En Ford, el futuro parece claro. En noviembre la empresa anunció que su director ejecutivo, Alan Mulally, de 68 años, continuará al mando hasta 2014, a la vez que el ascenso de Mark Fields a gerente de operaciones lo señala como posible reemplazo de Mulally.
Akerson de GM aún debe anunciar hasta cuando permanecerá en su cargo, pero difícilmente siga más allá de 2016. El abanico de posibles sucesores es amplio. Dos personas cercanas a la empresa afirman que el vicepresidente, Steve Girsky, y el presidente de GM de América del Norte, Mark Reuss, serían los principales candidatos. Mary Barra, directora de desarrollo de producto, y Grace Lieblein, a cargo de compras, también se disputan el cargo de primera directora ejecutiva.
Winterkorn, 66, no muestra sus cartas. Volkswagen tiene muchos candidatos internos en la vasta gama de marcas del grupo. Rupert Stadler, director ejecutivo de Audi, sería el candidato a reemplazarlo.
Muchos nombres importantes de la industria hacen alarde de diferentes marcas de empresas en su CV. En general, las empresas contratan talentos externos a la hora de lanzar nuevas iniciativas o líneas de productos. Nissan contrató al ex presidente de Audi de EE.UU., Johan de Nysschen, para que dirigiese su nueva campaña de vehículos de alta agama, y el ex presidente de VW de China, Karl-Thomas Neumann, dejó la empresa para asumir como presidente de GM de Europa.
Estas son buenas noticias para las automotrices sin un sucesor obvio.
Según dos personas que conocen la empresa, Sergio Marchionne, de Fiat, no parece estar pensando en dejar su cargo, pero no tiene un protegido obvio en la automotriz italiana y se esforzó para elaborar una lista de posibles herederos.
Lo mismo sucede en Renault en vísperas de la partida de Tavares, sostienen funcionarios. En Nissan, que tiene la mezcla más internacional de ejecutivos de la industria, el banco de suplentes es más amplio.
Una de nuestras principales preocupaciones en la industria es la falta de candidatos a directivos en el directorio, afirma Anil Valsan, analista experto en industria automotriz de EY, la firma de servicios profesionales. Preocupa que [las automotrices] no estén haciendo lo suficiente como mentoras y formadoras de futuros líderes.
Traducción: Viviana L. Fernández
