El Departamento del Interior de Estados Unidos suspende el uso de cientos de aviones no tripulados fabricados en China mientras investiga la seguridad de todo su programa de drones, uno de los más grandes del gobierno norteamericano.
David Bernhardt, el secretario del Interior, ordenó a su departamento que no vuele ningún drone fabricado en China o con piezas chinas a menos que se utilice con fines de emergencia, como combatir incendios forestales, según informó su departamento. Los 810 vehículos aéreos no tripulados que tiene el departamento contienen piezas fabricadas en China.
Washington teme que Beijing utilice la tecnología china para espiar en EE.UU. Funcionarios de la administración Trump y miembros del Congreso han advertido sobre la amenaza que representan los drones en particular, especialmente los fabricados por DJI, la compañía china que domina el mercado.
El gobierno de Trump ya ha sancionado a varias empresas chinas que considera una amenaza a la seguridad nacional o que han violado los derechos humanos en China. Entre ellas se encuentran Huawei, el fabricante de equipos de telecomunicaciones y varias empresas de vigilancia e inteligencia artificial.
Pero los funcionarios están cada vez más preocupados por el riesgo que representan los aviones no tripulados por los datos que recopilan. Algunos creen que esa información podría llegar a China.
A principios de este año, desde el Departamento de Seguridad Nacional aseguraron que genera "fuerte preocupación cualquier producto tecnológico que ingrese datos estadounidenses a territorio de un estado autoritario que permita a sus servicios de inteligencia tener acceso irrestricto a esos datos o que abuse de ese acceso".
Un grupo bipartidista de senadores estadounidenses presentó un proyecto de ley que prohibe al gobierno federal comprar y usar drones fabricados en China.
