Los científicos estadounidenses encontraron la primera evidencia directa de que el coronavirus podría infectar el cerebro humano y replicarse en el interior de sus células, lo que acrecienta la preocupación por los síntomas neurológicos de la enfermedad aún poco estudiados.

Thomas Hartung y sus colegas de la Universidad Johns Hopkins hicieron el descubrimiento tras administrar bajos niveles de Sars-Cov-2, el virus responsable del Covid-19, a minúsculas bolas neuronales conocidas como mini-cerebros que crecen a partir de células madre humanas.

Los investigadores descubrieron que el virus infectó las neuronas de los mini-cerebros a través de la proteína humana ACE2 que se sabe es un importante punto de entrada para el Sars-Cov-2. El virus se multiplicó dentro de las neuronas; al cabo de tres días el número de copias había aumentado al menos diez veces.

"Es realmente esencial saber que nuestro órgano más preciado puede verse directamente afectado por el virus", afirmó Hartung agregando que todavía no queda claro con qué frecuencia ocurrió eso en los pacientes de Covid-19.

Si el virus puede infectar el cerebro es una de las mayores preguntas de una larga lista de incógnitas sobre la forma en que la enfermedad parece afectar a la mayoría de los tejidos y órganos del cuerpo.

El estudio, que está bajo revisión externa y aún no se ha publicado, analiza reportes no confirmados de síntomas neurológicos en pacientes de Covid-19, incluyendo los provenientes de Wuhan, donde más de un tercio de los enfermos hospitalizados tuvieron mareos, dolor de cabeza o convulsiones.

Sin embargo, nunca quedó claro si el virus afecta directamente el cerebro y las células nerviosas o si esos síntomas son un resultado secundario causado por daños en los sistemas inmunológico y cardiovascular de los pacientes.

Por ejemplo, no se sabe si la pérdida del sentido del olfato, un síntoma común del virus, es el resultado de una infección directa de las neuronas olfativas o un efecto secundario de la infección en otras células implicadas en el olfato.

Si el Sars-Cov-2 puede atacar el cerebro humano, tiene que atravesar la barrera hematoencefálica que protege al órgano contra muchos virus y sustancias químicas.

La investigación tiene implicancias significativas en la búsqueda de tratamientos para el virus. Si el Sars-Cov-2 infecta el cerebro, puede complicar los esfuerzos por erradicar la infección con drogas, porque muchos medicamentos no pasan la barrera hematoencefálica.