Alemania podría tener un flujo de ingreso neto de casi 800.000 inmigrantes del este de Europa en los dos próximos años, tras la apertura de sus fronteras por el libre movimiento de mano de obra en la Unión Europea a partir del 1 de mayo próximo, dijeron analistas económicos.
Esta cifra que supera en mucho a los 140.000 trabajadores migrantes anuales que estima el gobierno puede tener efectos positivos en vez de ser una amenaza a la seguridad en el empleo, según opinión del Instituto para la Economía Alemana.
Es el paso correcto en el momento correcto, dijo ayer Michael Hüther, director del Instituto, para quien un abrupto incremento en la migración de trabajadores podría impulsar la recuperación económica del país en una época en que crece la escasez de capacidades. También aliviaría la presión sobre una fuerza laboral que envejece aportando una nueva generación de trabajadores calificados. El Instituto apoya los argumentos de las empresas y el gobierno, para quienes no hacen falta medidas especiales para lidiar con la liberalización.
