Todo no se compra, todo no se vende", decía Tanguito, el mítico músico argentino interpretado por un joven Fernán Mirás allá por 1994 en la película Tango feroz: la leyenda de Tanguito. Una fecha destacada para el cine nacional, también por el nacimiento -o renombramiento según se vea- del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), antes conocido como el Instituto Nacional del Cine (INC). El INCAA es uno de los organismos responsables de que se filmen casi 200 películas al año en el país. No por nada La Historia Oficial, El hijo de la novia, Nueve Reinas y El secreto de sus ojos han llegado a donde llegaron, máximos exponentes del buen hacer del cine patrio.
Como ente público no estatal, una de las tareas representativas del INCAA radica en la administración del Fondo de Fomento Cinematográfico, cuya "principal función es el fomento de la cinematografía argentina mediante el otorgamiento de créditos, subsidios y en la aplicación del resto de las herramientas", según dice su página web oficial y uno de los motivos por el cual la Ley de Cine de la Argentina se ha hecho reconocida en el mundo entero.
Hoy, tras la toma de mando de Ralph Haiek como nuevo presidente en sustitución de Alejandro Cacetta, el INCAA continuará aplicando las mismas políticas de fomento, las cuales se nutren principalmente del cobro del 10% de cada entrada de cine, de un alquiler de película en un videoclub, del canon para la exhibición de películas extranjeras en TV y Cable, y del 25% de la suma total de lo percibido por el AFSCA según la Ley 22.285, además de legados, donaciones o devolución de créditos. Pero el sistema de financiamiento para el cine argentino no es el único, y Francia suele ser el país seleccionado para colocar como modelo a seguir.
El ejemplo francés
El país galo esconde muchas claves en su maquinaria, pero quizá las más destacadas puedan encontrarse en la longevidad de un organismo creado en 1949 y su particular "contexto", una fiscalidad beneficiosa y el incondicional apoyo estatal. El cine francés cuenta con un marco fiscal distinto al de sus vecinos europeos. Para empezar, el ejecutivo hizo descender el IVA del 7% hasta el 5%, nivelándolo con el que se aplica al libro y el teatro. Una de las llaves del plan radica en la importancia que se otorga a la cultura desde los poderes políticos, que ya consideraron vital que esta tuviera el impulso suficiente para reconstruir una sociedad asolada por la Segunda Guerra Mundial. Incluso disponen de un organismo como Unifrance para promover su cine en el mundo entero.
Javier Pachón, consultor Cultural y Audiovisual, y actual presidente de CineArte y CineCiutat en España, destaca el modelo seguido en Francia, el más citado por "excelencia", pero no el único, ya que existen otros "muy interesantes como el Independent Cinema Office de Reino Unido", un organismo nacional dedicado al fomento y exhibición del cine independiente británico. Y es que el financiamiento del cine no solo se nutre del capital necesario para rodar las películas: sin la correcta cadena de distribución, una de las patas que sostiene la mesa, este se rompería. "España es un país que siempre está en el top de la Unión Europea en cuanto a venta y producción de películas, pero nos olvidamos que de nada sirve hacer películas si no las ve la gente", sentencia el experto respecto de la carencia de recursos para la exhibición de los que dispone el país ibérico. Otro de los grandes problemas a superar en España es el IVA, situado en un 21%, cifra superior a la de otros países europeos.
El líder del mercado
La industria cinematográfica se recupera de la crisis y según el Entertainment and Media Outlook 2015-2019, de PwC, el pronóstico será de cinco años de crecimiento de cara a 2019. La previsión data un "volumen de negocio de 1.088 millones de euros, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 3% entre los ejercicios 2014 y 2019".
Además, se espera una evolución acumulada del 4,1% de tasa anual compuesta (CAGR), que irá de los "u$s 85.398 millones de facturación en 2014 a los u$s 104,619 millones en 2019". Los países de la zona Asia-Pacífco serán quienes tengan "un mayor crecimiento", superando, incluso, a América del Norte. Precisamente, los Estados Unidos, a excepción de su competidor indio, es el claro líder del celuloide.
El liderazgo estadounidense comienza dentro de sus propias fronteras y, desde allí, se exporta hacia el resto del mundo. Un dominio ejercido en buena medida por la expansión de las majors, las principales responsables de la producción, distribución y exhibición de películas en el negocio. "Los Estados Unidos ha construido un imperio a partir de una concepción del cine como industria", reflexiona Ignacio Bergillos, profesor y doctor en Comunicación Audiovisual y Publicidad, quien considera que dicho control lo puede llevar a cabo porque tiene en su mano "el eslabón más importante de la cadena de valor del producto cinematográfico: la distribución".
20th Century Fox, Columbia, Paramount, Disney, Warner Bros. y Universal Pictures son las majors, un reducido grupo de estudios cinematográficos responsables de que sus "filiales de producción y distribución de películas acapare", ellos solos, "entre el 80 y el 85% de los ingresos de taquilla en los Estados Unidos y Canadá". Pero los datos no se refieren exclusivamente a "su mercado interior, sino también el exterior", tal como se desprende del estudio El mercado del cine en EE.UU del año 2015. "Una convergencia empresarial" que ha generado una gran "concentración" donde muy pocos han conseguido "acumular" las principales ganancias, dice Bergillos. Solo hay que mirar las cifras de 2013 en Europa, donde las producciones hollywoodienses "supusieron un 70% del mercado".
Para constatar el poderío de los Estados Unidos basta con observar la lista de las 10 películas que más tickets cortaron en las salas de cine de la Argentina, en las que solo hay una nacional: Me casé con un boludo. Las demás son producciones infantiles y de superhéroes, con la excepción de El conjuro 2, la cinta de terror de James Wan. El listado lo encabeza Buscando a Dori, La era de hielo 5, La vida secreta de tus mascotas, El conjuro 2, Me casé con un boludo, El libro de la selva, Zootopia, Capitán América: Civil War y Batman vs. Superman.
Plataformas como Cinema 23, centrada en la promoción de la cultura cinematográfica de América latina, España y Portugal, y que tiene al actor mexicano Gael García Bernal como uno de sus instigadores, representan la otra cara de la moneda. La misión está clara: promover la distribución de otro tipo de cine, uno que pueda conectar más con las raíces y escape del mainstream norteamericano.
1994
fue el año en que se creó el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales.
10%
de cada entrada de cine y alquiler de película en videoclubs, entre otros, recibe el INCAA.
25%
de la suma total de lo percibido por el AFSCA es destinado al INCAA, según estipula la Ley 22.285.