El futuro electoral de Pedro Sánchez se ha convertido en uno de los temas centrales de la política española. Mientras el presidente asegura que no tiene "fecha de caducidad" y pretende agotar la legislatura hasta 2027, distintos factores internos y externos empujan hacia un adelanto de los comicios a 2026.
La discusión no solo refleja la estrategia del PSOE, sino también la tensión con Junts y Podemos, socios que ya han mostrado su disposición a marcar distancias.
En la Fiesta de la Rosa del PSC, Sánchez afirmó que aún le queda "mucha faena por delante, hasta 2027 y más allá", defendiendo que su legitimidad emana del voto ciudadano y no de las élites.
Sin embargo, según El Español, la opción de un adelanto electoral en la primera mitad de 2026 gana peso en la estrategia socialista, con la mirada puesta en Andalucía y en la posibilidad de que el presidente se presente también en esa comunidad.
Este movimiento, calculan en el PSOE, serviría para fortalecer su presencia en un territorio clave y limitar el desgaste de la legislatura.
¿Hasta dónde llega la presión de Junts y Podemos?
La relación con los socios parlamentarios atraviesa un momento crítico. Según El Independiente, la reciente votación sobre la cesión de competencias de inmigración a Cataluña puso en evidencia las fracturas: los cuatro diputados de Podemos se sumaron al rechazo junto con PP, Vox y UPN, dejando al Gobierno ante su primera gran derrota en solitario del curso político.
Junts, por su parte, no dudó en acusar a los morados de "anticatalanismo", equiparándolos incluso con la extrema derecha.
El escenario complica la estabilidad de la legislatura. Junts busca presionar a Sánchez para que adelante las generales a 2026, preocupado por el crecimiento de Aliança Catalana y el riesgo de perder centralidad en Cataluña.
Podemos, en cambio, persigue mejores expectativas en unas generales que en municipales, donde ya sufrió un duro revés en 2023. Ambos, por razones diferentes, empujan hacia el mismo horizonte: evitar un "superdomingo" en 2027 que mezcle locales y generales.
¿Está la legislatura en peligro real?
Desde el PSOE intentan transmitir calma. El portavoz Patxi López negó que la legislatura esté rota y defendió que el Gobierno ha cumplido sus compromisos con Junts, según recogió EFE.
"Junts sabe perfectamente que el Partido Socialista ha hecho lo que había que hacer", insistió, restando importancia al rechazo en el Congreso.
Sin embargo, otras voces reconocen las dificultades. La portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua, admitió que la legislatura está "complicada", mientras que Gabriel Rufián (ERC) habló de un proceso político donde "cuesta todo mucho, semana a semana".
Las dudas sobre la capacidad de Sánchez para sostener su mayoría crecen en paralelo al endurecimiento del discurso de sus aliados.
En este contexto, la disyuntiva entre 2026 y 2027 sigue abierta. La estrategia del PSOE, la presión de Junts y Podemos y el impacto de los casos judiciales y del clima social determinarán si Sánchez logra llegar hasta el final o si, por el contrario, la legislatura se acorta bajo la presión de sus propios socios.