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Las transferencias de dinero entre familiares son muy habituales en España. Ya sea para ayudar a un hijo con sus estudios, apoyar a un familiar en dificultades o simplemente compartir una herencia en vida, la mayoría de estas transacciones son realizadas con buena fe.
Sin embargo, estas operaciones pueden tener consecuencias fiscales si superan ciertos límites. La Agencia Tributaria ha comenzado a vigilar con mayor rigor las transferencias entre familiares, imponiendo sanciones a quienes no declaren adecuadamente estas operaciones económicas.
"Si detecta un ingreso sin justificar, puede considerarlo una donación encubierta", advierte el abogado Andrés Millán, conocido en redes como Lawtips, en un vídeo publicado en su perfil de TikTok.
La advertencia se debe al Impuesto sobre Donaciones, que según la comunidad autónoma puede llegar hasta el 34% por este tipo de transferencias no declaradas. A eso se le podría añadir una sanción adicional por ocultación o fraude tributario. Es por eso que Millán recomienda una serie de pasos para evitar cualquier malentendido con Hacienda.

Sanciones por no declarar las transferencias adecuadamente
El primer paso para evitar problemas con la fiscalidad es dejar todos los detalles por escrito. Millán recomienda redactar un contrato de préstamo que especifique las condiciones básicas de la operación. Estas son:
- El importe exacto prestado.
- El plazo de devolución (puede ser un año, cinco años o lo que acuerden las partes).
- El objetivo del préstamo (por ejemplo, reformar un piso o cubrir una emergencia médica).
- El interés (si no se quiere cobrar ningún interés, debe indicarse expresamente: interés 0%).
"Aunque sea entre padres e hijos, si no se justifica, puede considerarse una donación", dice el abogado. No hacerlo supone, en algunos casos, tener que pagar un impuesto sobre donaciones que puede ser especialmente elevado en comunidades como Cataluña, Asturias o Extremadura.

¿Cuándo hay que declarar para que el Gobierno no te multe?
El segundo punto clave es cómo se realiza el movimiento del dinero. Nada de efectivo ni cuentas intermedias. La transferencia debe hacerse desde la cuenta del prestamista directamente a la del prestatario. Así se deja un rastro bancario claro que puede ser útil como prueba ante una inspección tributaria.
La Agencia Tributaria ha establecido límites claros para las transferencias entre particulares. Cualquier movimiento igual o superior a 3000 euros debe ser notificado por las entidades bancarias al Servicio Ejecutivo de la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales (SEPBLAC).
Este control se intensifica cuando las transferencias superan los 6000 euros, ya que pueden ser consideradas como donaciones encubiertas y, por tanto, sujetas al Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones (ISD).
Además, si la cantidad transferida supera los 100.000 euros, es obligatorio presentar el modelo S1 ante Hacienda para declarar el movimiento de capitales. Omitir este trámite puede acarrear sanciones significativas.
Sanciones por no declarar adecuadamente
Es muy habitual que en entornos familiares o de amistad se eviten estos procedimientos por no "formalizar" demasiado una relación de confianza. Pero tal como alerta Andrés Millán, la confianza no sustituye la legalidad. Y aún menos cuando hay dinero de por medio.
No declarar correctamente una transferencia puede resultar en multas que oscilan entre el 50% y el 150% del importe no justificado, dependiendo de la gravedad de la infracción. En casos, las sanciones pueden alcanzar hasta 150.000 euros. Además, se añadirán intereses por demora.
Es importante destacar que tanto el donante como el receptor pueden ser responsables de las obligaciones fiscales. El donante debe declarar la operación en su IRPF si la cesión ha generado una ganancia patrimonial, mientras que el receptor debe liquidar el ISD correspondiente.
















