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La crisis que atraviesa Avanza Food, matriz de cadenas tan reconocidas como Carl’s Jr., Tony Roma’s y las históricas cervecerías vinculadas a Heineken, marca un punto de inflexión en el ya convulso sector de la comida rápida en España.

El ingreso en concurso de acreedores no solo amenaza la continuidad de marcas emblemáticas, sino que también expone la vulnerabilidad de un modelo de negocio que intenta adaptarse a unos consumidores que cambiaron sus hábitos y prioridades.

El procedimiento, presentado por Abac Capital ante el Juzgado de lo Mercantil nº 5 de Madrid, abre un escenario crítico para más de 400 restaurantes y miles de trabajadores.

La caída de esta operadora reconfigura un ecosistema que durante décadas convivió en relativa estabilidad bajo la sombra de gigantes como McDonald’s y Burger King, que ahora quedan prácticamente sin un competidor de peso similar en algunos segmentos del mercado.

¿Qué llevó a Avanza Food al borde de la quiebra?

La entrada en concurso de acreedores responde a un deterioro financiero acumulado en los últimos años, marcado por el aumento de los costes operativos, la pérdida de dinamismo en las franquicias y la incapacidad para sostener planes de reestructuración considerados inviables por la justicia.

La sentencia 166/2025 fue terminante al señalar que la propuesta vulneraba la regla de prioridad absoluta y trasladaba un sacrificio desproporcionado a la banca acreedora, lo que aceleró el colapso.

El gigante francés del retail avanza con un ambicioso plan de expansión en España que promete generar nuevas oportunidades laborales y consolidar su presencia en todo el territorio. Fuente: Archivo
El gigante francés del retail avanza con un ambicioso plan de expansión en España que promete generar nuevas oportunidades laborales y consolidar su presencia en todo el territorio. Fuente: ArchivoFuente: ShutterstockShutterstock

El portafolio de Avanza Food, que incluye marcas de alto reconocimiento como Tony Roma’s —un clásico de las costillas a la barbacoa desde su llegada a España en los años 90— y Carl’s Jr., una de las propuestas más potentes del ‘fast food’ californiano, no logró amortiguar el impacto.

A esto se suma la caída de negocios emblemáticos, como el cierre del histórico Tony Roma’s de Gran Vía, que evidenció un retroceso difícil de revertir.

Los cambios en los hábitos de los consumidores también desempeñaron un papel clave. La demanda se orientó hacia propuestas más rápidas, saludables o digitales, mientras que los modelos tradicionales con servicio de mesa perdieron atractivo.

En ese contexto, Avanza Food no consiguió consolidar su transformación y quedó expuesta frente a sus competidores directos, que avanzaron con estrategias más flexibles y capacidad de inversión.

¿Qué pasará ahora con las marcas afectadas y sus trabajadores?

La declaración de concurso coloca el destino de todas las enseñas bajo la supervisión de un administrador concursal. Su labor será determinar la masa activa, listar acreedores, revisar los contratos de franquicia y, sobre todo, evaluar si existe una vía real de continuidad.

El proceso exige rapidez: Abac Capital solicitó la venta urgente de la unidad productiva para garantizar una actividad mínima mientras se diseña una salida.

La incertidumbre alcanza a todos los eslabones del ecosistema: franquiciados que temen por la vigencia de sus contratos, trabajadores que desconocen si sus empleos podrán sostenerse y proveedores que quedan en un limbo operativo.

CCU buscará posicionar la cerveza sin alcohol de Heineken con muestras gratis en la Costa.
CCU buscará posicionar la cerveza sin alcohol de Heineken con muestras gratis en la Costa.

La continuidad de las licencias cedidas por Heineken —Gambrinus, Cruz Blanca y Official Irish Pub— dependerá de la capacidad de la administración para mostrar que el negocio aún puede resultar viable en manos de un nuevo operador.

Este escenario, además, deja al sector de la restauración organizada ante un espejo incómodo. La caída de un grupo con presencia en tres países y con marcas reconocidas internacionalmente revela tensiones profundas en un mercado que enfrenta sobrecostes, inflación, desaceleración del consumo y cambios culturales acelerados.

Para los gigantes que dominan el mercado, el camino queda despejado. Para el resto de la industria, el mensaje es contundente: adaptarse ya no es una opción, sino una cuestión de supervivencia.