El Gobierno español ha oficializado el incremento de las pensiones a partir del 1 de enero de 2026, en cumplimiento del mecanismo automático de revalorización vinculado al Índice de Precios de Consumo (IPC).
Según las previsiones actuales, el aumento será del 2,6%, con una ligera mejora para las pensiones máximas que alcanzará el 2,7%. La medida beneficiará a millones de jubilados y pensionistas de distintas modalidades contributivas y no contributivas.
¿Cómo se aplicará la subida de las pensiones el próximo año?
La revalorización de las pensiones seguirá el procedimiento establecido en la reforma de 2021, que ajusta los importes al IPC medio anual. Si las previsiones se confirman, los jubilados españoles verán un aumento generalizado en sus ingresos mensuales.
La pensión media contributiva pasará de 1506 euros a 1544 euros, mientras que la máxima se elevará de 3267 a unos 3355 euros.
En el caso de las prestaciones por viudedad, incapacidad o pensiones mínimas, la mejora también será significativa.
Las pensiones de viudedad medias alcanzarán los 958 euros, las de incapacidad permanente rondarán los 1239 euros y las mínimas oscilarán entre los 897 euros sin cónyuge y los 1158 euros con cónyuge a cargo. Las no contributivas, por su parte, superarán los 8100 euros anuales.
El objetivo del Gobierno es mantener el poder adquisitivo de los mayores frente a la inflación y reducir la brecha entre las pensiones más bajas y el promedio europeo.
Además, las pensiones mínimas recibirán un incremento superior al IPC, como parte del compromiso por mejorar la protección social de los sectores más vulnerables.
¿Qué cambios estructurales entrarán en vigor con la reforma de 2026?
Más allá del aumento vinculado a los precios, el próximo año marcará el inicio del nuevo sistema dual de cálculo de las pensiones, una de las medidas más relevantes de la reforma aprobada en 2021.
Este mecanismo permitirá elegir entre dos opciones: mantener el cómputo actual de los últimos 25 años cotizados o aplicar una nueva fórmula que considerará los mejores 27 años dentro de los 29 previos a la jubilación, una transición que culminará en 2037.
La Seguridad Social calculará de oficio cuál de las dos bases reguladoras resulta más beneficiosa para cada pensionista. En 2026, el cálculo incluirá las 302 bases de cotización de mayor importe dentro de los últimos 304 meses o las últimas 300 bases de los últimos 350 meses, según cuál dé un mejor resultado.
La edad de jubilación ordinaria también se ajustará: será de 66 años y 10 meses para quienes no alcancen los 38 años y 3 meses de cotización, y de 65 años para quienes sí los cumplan. El cambio busca equilibrar el sistema ante el progresivo envejecimiento de la población y el aumento de la esperanza de vida.
El Fondo Monetario Internacional advierte que España será uno de los países desarrollados que más esfuerzo fiscal deberá realizar para sostener el sistema en las próximas décadas.
Se estima que, hasta 2050, el coste adicional podría representar el 44,2% del PIB, unos 706.000 millones de euros, lo que refuerza el debate sobre la sostenibilidad a largo plazo del modelo actual.