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La cadena británica Asda anunció el cierre de su supermercado en Anchor Retail Park, Stepney Green, en Londres, dejando en riesgo a 50 empleados. La decisión está vinculada al vencimiento del contrato de arrendamiento y al aumento de los alquileres en la zona, lo que vuelve insostenible mantener el local abierto.

El anuncio generó preocupación tanto entre los trabajadores como en los vecinos del barrio, que perderán un punto de acceso clave a productos de consumo diario. El cierre está previsto para septiembre, aunque la empresa aseguró que buscará reubicar al personal en otras tiendas.

El motivo detrás del cierre de Asda en Londres

De acuerdo con la compañía, la causa principal es el fuerte aumento en el alquiler exigido por el arrendador. "El contrato expira en septiembre y no es financieramente viable continuar en ese local", explicaron desde Asda.

Los 50 empleados que trabajan allí ya fueron notificados y se abrió un proceso de consulta sindical para analizar alternativas. El sindicato GMB advirtió que, aunque se intentará reubicar a la mayoría en otras tiendas de la cadena, existe la posibilidad de despidos.

Un golpe a la comunidad de Stepney Green

El supermercado era un punto de referencia para cientos de familias del barrio, que ahora deberán trasladarse a otros puntos de Londres para realizar sus compras habituales. Para muchos residentes, el cierre representa una pérdida de accesibilidad y encarece los gastos de traslado.

El caso no es aislado: solo en 2025 podrían cerrar más de 17.000 comercios en todo el Reino Unido, en medio de la presión que sufren las cadenas tradicionales por el auge del comercio electrónico y los altos costos de operación.

Qué dice Asda sobre el futuro de sus trabajadores

En un comunicado, un portavoz de la cadena aseguró: "Nuestra prioridad es apoyar a los colegas afectados y reubicarlos en otras tiendas de Asda siempre que sea posible". La empresa señaló además que los clientes de Stepney Green podrán seguir accediendo a la oferta de la marca en la tienda de Isle of Dogs, a poca distancia de la zona.

El cierre de esta sucursal refuerza la preocupación por el futuro del comercio minorista británico, donde los supermercados de barrio pierden terreno frente a la presión inmobiliaria y los cambios en los hábitos de compra.