A partir de 2025, el sistema de bajas médicas en España experimentará una serie de reformas destinadas a mejorar la eficiencia y el control de las incapacidades temporales. Estas modificaciones buscan una mayor transparencia en los procesos y una adaptación más precisa a las necesidades de los trabajadores y empresas.
El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) ha establecido nuevas directrices que afectan tanto a empleados como a empleadores. Entre las principales novedades se encuentra la digitalización completa de los partes de baja y alta, la introducción de bajas intermitentes y un incremento en las revisiones médicas para asegurar una recuperación óptima del trabajador.
Digitalización y mayor control en las bajas laborales
Uno de los cambios más destacados es la eliminación de la necesidad de entregar físicamente los partes de baja y alta. A partir de ahora, estos documentos se enviarán de manera telemática desde el Servicio Público de Salud, mutuas o empresas colaboradoras directamente al INSS y a la empresa correspondiente. Esta medida pretende reducir errores administrativos y agilizar los trámites relacionados con las bajas médicas.
Además, se implementará un control más estricto mediante revisiones médicas periódicas, especialmente en casos de bajas prolongadas. Los médicos deberán especificar con mayor detalle los plazos estimados de recuperación, adaptándolos a cada enfermedad o lesión. Este enfoque personalizado busca garantizar que el trabajador reciba el seguimiento adecuado durante su proceso de recuperación.
Introducción de las bajas intermitentes y nuevas responsabilidades empresariales
Otra innovación es la posibilidad de bajas laborales intermitentes, que permitirán al trabajador alternar días de descanso con jornadas laborales parciales, siempre que su condición médica lo permita. Esta modalidad busca equilibrar las necesidades de recuperación del empleado con las operativas de la empresa, evitando ausencias prolongadas innecesarias.
Las empresas, por su parte, estarán obligadas a proporcionar información detallada sobre las funciones que desempeña el trabajador en su puesto. Esta obligación permitirá evaluar con mayor precisión si la baja está justificada según las tareas habituales del empleado y facilitará una mejor adaptación de las recomendaciones médicas a las exigencias del puesto de trabajo.
Duración máxima de las bajas y sistema de pagos
La duración de las bajas médicas estará limitada a un máximo de 18 meses, estructurados en un primer periodo de 360 días y una posible prórroga de 180 días adicionales si el INSS considera probable la recuperación en ese tiempo. Si al finalizar este periodo el trabajador no puede reincorporarse, se evaluará la posibilidad de una incapacidad permanente.
En cuanto a la compensación económica durante la baja, la empresa será responsable de abonar el salario durante los primeros 15 días. A partir del día 16, la prestación correrá a cargo del INSS o de la mutua correspondiente hasta el final del periodo de incapacidad. Este esquema busca equilibrar la responsabilidad entre empleadores y el sistema público, asegurando el sustento económico del trabajador durante su recuperación.