Donald Trump dio un paso más en su cruzada contra los proyectos eólicos marinos en Estados Unidos. Ayer lunes anunció la suspensión con efecto inmediato de los contratos de arrendamiento de todos los proyectos de este tipo de energía renovable.
Esta medida golpea a Iberdrola ya que afecta el parque Vineyard Wind 1 que la española tiene en construcción, a través de su filial Avangrid, en sociedad en partes iguales (50%) con el grupo inversor danés Copenhagen Infrastructure Partners (CIP). El proyecto inició su construcción en 2021 y comenzó a suministrar electricidad a comienzos de 2024.
La política del mandatario estadounidense en contra de las energías renovables para favorecer las de origen fósil no es la primera vez que golpea a Iberdrola, que junto con el Reino Unido tiene a Estados Unidos como el principal mercado estratégico.
En efecto, ya en septiembre pasado se supo que la Administración republicana prevé retirar la autorización para construir los parques eólicos marinos de New England Wind 1 y 2, ubicados en Massachusetts, participados también por Avangrid.
La diferencia en términos económicos del anuncio de septiembre con el de ayer no es menor. Sucede que New England Wind 1 y 2 aún no iniciaron su construcción por lo que los costes en los que incurrió la multinacional española son mínimos. En cambio, el caso de Vineyard Wind 1 es mucho más perjudicial para la compañía porque al estar en construcción parte de la inversión ya está comprometida.
Para cuantificar el golpe que representa para Iberdrola la decisión tomada por el Departamento del Interior, junto con el Departamento de Defensa, ambos acompañados por otras agencias gubernamentales, basta con recordar que el parque, que cuenta con una capacidad instalada de 806 megavatios (MW), y está ubicado frente a las costas de Massachusetts, tiene en marcha una inversión de 2700 millones de euros.
Argumentos del Gobierno estadounidense
El Departamento de Interior, alegó que la suspensión con efecto inmediato de los contratos de arrendamiento de todos los proyectos eólicos marinos a gran escala en construcción en Estados Unidos obedece a los riesgos para la seguridad nacional identificados por el Departamento de Guerra en informes clasificados recientemente.
“El principal deber del gobierno de Estados Unidos es proteger al pueblo estadounidense”, argumentó el secretario del Interior, Doug Burgum. Para enseguida añadir que la medida “aborda los riesgos emergentes para la seguridad nacional, incluyendo la rápida evolución de las tecnologías adversarias relevantes y las vulnerabilidades creadas por los proyectos eólicos marinos a gran escala cercanos a los centros de población de la costa”.
Así y todo, la Administración Trump afirmó que esta suspensión dará “tiempo para trabajar con los arrendatarios y los socios estatales para evaluar la posibilidad de mitigar los riesgos de seguridad nacional que plantean estos proyectos”.
Lo cierto es que además de Vineyard Wind 1, la medida también afecta a otros cuatro proyectos: Revolution Wind, de 704 megavatios (MW) de Orsted; Sunrise Wind, de 924 MW; Coastal Virginia Offshore Wind, de 2.600 MW; y Empire Wind 1 de 810 MW y de Equinor.
Por otra parte, la empresa que preside Ignacio Galán posee otro parque, el Kitty Hawk en las costas de las islas Outer Banks, en Carolina del Norte. Activo valorado en 1700 millones de euros. Vale recordar que Iberdrola se desprendió de Kitty Hawk North, tras la venta en 2024 a Dominion Energy por 160 millones de dólares, mientras se quedó con Kitty Hawk South.
Sin reacción negativa del Mercado
Aránzazu Bueno, la analista de Bankinter que sigue a la energética si bien reconoce que son malas noticias para Iberdrola, sostiene que el alcance es limitado. Tras recordar que las amenazas de Trump se centraron en proyectos donde el grupo todavía no comenzó la construcción “por lo que la inversión fue mínima”, el caso de Vineyard Wind 1 es distinto ya que gran parte de la inversión de 2700 millones de euros está comprometida.
“Queda por confirmar si el bloqueo afecta al total de los 62 generadores del proyecto o tan solo a los 12 generadores que aún quedan por construir”, destaca.
¿Y por qué el impacto será limitado para Iberdrola? La analista responde que por un lado, el 50% de la inversión en Vineyard Wind 1 supone 1350 millones de euros, lo que representa el 1,1% de su actual capitalización bursátil. “Además”, sigue, “la eólica marina en Estados Unidos no es una prioridad en las inversiones a futuro de grupo”, sino que la prioridad está en el crecimiento en redes y así queda reflejado en su Plan Estratégico”.
Así, Bankinter, que mantiene la recomendación de ‘compra’ sobre Iberdrola y un precio objetivo de 19,1 euros. En la sesión de hoy los títulos de la multinacional se comercializan a 18,18 euros, tras subir la cotización un 0,60% a primera tarde .
Los expertos de Banco Sabadell aconsejan ‘sobreponderar’ las acciones de Iberdrola, aunque dejan el precio objetivo bajo revisión tras esta noticia.