Preocupación en la Corona Española | Juan Carlos I ya no camina y vive un episodio crítico durante el fin de semana

Juan Carlos I, símbolo de una época de esplendor y transición política en España, enfrenta hoy una etapa marcada por el deterioro físico y mental. A sus 87 años, el exmonarca ha pasado de ser un referente de estabilidad institucional a convertirse en una figura que genera más compasión que respeto. 

Su última aparición pública durante el fin de semana en Sanxenxo, Galicia, ha desatado preocupación por su estado de salud y la manera en que gestiona sus limitaciones.

Según testigos cercanos al rey emérito, lo que ocurrió el sábado por la noche fue un episodio "humillante y doloroso", según relatan desde El Nacional Cat. Durante una cena con allegados, Juan Carlos insistió en caminar sin asistencia, a pesar del intenso dolor en su pierna izquierda, que se encuentra prácticamente inmovilizada. 

Su negativa a usar la silla de ruedas generó momentos de tensión y angustia. A esto se suma un nuevo veto desde la Zarzuela: Felipe VI no autorizó su presencia en la celebración privada del 60 cumpleaños de la infanta Cristina. Un gesto que, lejos de pasar desapercibido, evidencia el distanciamiento entre el actual monarca y su padre, cada vez más aislado del núcleo familiar.

Juan Carlos I ya no puede caminar y sufre fuertes dolores

Los informes que circulan entre el entorno de Casa Real apuntan a que el rey emérito no puede dar ni un solo paso sin asistencia, algo que se ve desde inicios de este año como señalan desde El Confidencial Digital y EFE donde aseveran: "sus problemas de movilidad persisten".

Esta situación ha hecho que Juan Carlos dependa casi por completo de una silla de ruedas o del brazo de sus escoltas para desplazarse, incluso dentro de espacios reducidos.

El mayor problema, según su círculo íntimo, es su negativa sistemática a aceptar esa dependencia. Esta obstinación lo llevó a protagonizar una escena peligrosa y bochornosa tras la cena del sábado: al intentar volver a su alojamiento sin apoyo, casi cae frente a todos los presentes. 

El declive mental del rey emérito preocupa al entorno real

Más allá del deterioro físico, fuentes del entorno citadas por El Confidencial Digital aseguran que el rey emérito atraviesa un momento de dependencia total para desplazarse, ya sea mediante silla de ruedas o con el acompañamiento de sus escoltas, incluso en espacios reducidos fuente. 

La movilidad en su pierna izquierda está casi anulada y se han intentado distintos tratamientos para mejorar su calidad de vida, con escasos resultados. 

La agencia EFE, por su parte, señala que este deterioro se ha acentuado durante los últimos meses, justo cuando se cumplen diez años desde su abdicación fuente. Desde entonces, su salud se ha convertido en un asunto delicado, no solo para su entorno íntimo, sino también para la Casa Real, que evalúa cuidadosamente cada una de sus apariciones públicas.

¿Qué hará la Casa Real ante el ocaso de Juan Carlos?

El incidente ocurrido en Sanxenxo, donde Juan Carlos I insistió en movilizarse sin asistencia y casi sufre una caída, fue reportado por una de las fuentes citadas, que recoge testimonios sobre una escena "bochornosa y preocupante", con el exmonarca visiblemente afectado por el dolor y la pérdida de estabilidad.

En este contexto, la decisión de Felipe VI de no autorizar su presencia en el cumpleaños de la infanta Cristina parece reflejar una política de distanciamiento institucional. Aunque no hay declaraciones oficiales, esta exclusión ha sido interpretada por la prensa especializada como una medida para preservar la imagen de la monarquía en un momento de transición hacia figuras más jóvenes, como la princesa Leonor.

En un momento en que la corona busca reafirmarse a través de la figura de la princesa Leonor, el progresivo apagón del rey emérito se convierte en un tema incómodo, pero inevitable.