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Debido a las complicaciones actuales en el mercado de alquileres, es fundamental que los inquilinos conozcan todos sus derechos para que el dueño de la vivienda no pueda aprovecharse de ellos.
Un abogado especialista en derecho inmobiliario compartió a través de sus redes sociales distintas cláusulas poco conocidas de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) que pueden beneficiar a los inquilinos y evitar una rescisión no deseada de contrato.
Alberto Sánchez, el abogado que acumula más de 66.000 seguidores en TikTok, se pronunció sobre la posibilidad de que el propietario rescinda el contrato de alquiler pasados los cinco años de esta firma. Si bien existe la posibilidad, hay una serie de requisitos previos que se deben cumplir. Según Sánchez, la cláusula principal es que "El propietario tiene que avisarte con al menos cuatro meses de antelación de que no quiere que el contrato continúe".
En esos casos no hay excepciones. "Si te avisa con tres, dos meses o menos lo está haciendo tarde y el contrato se prorroga hasta tres años más", añadió el abogado. Es decir, que si a falta de cuatro meses para alcanzar los cinco años el arrendador todavía avisó sobre la posibilidad de rescindir, el arrendatario tiene la potestad para solicitar una ampliación de tres años de contrato.
Si el contrato fuera renovado por un máximo de hasta ocho años, el propietario tendrá una nueva posibilidad de rescindir el contrato, pero también tiene la obligación de avisarle con tiempo.
El consejo fundamental para los inquilinos y propietarios
Es importante que tanto los propietarios cómo los inquilinos hagan un esfuerzo por conocer sus derechos y deberes para no caer en situaciones de abuso o equivocaciones evitables. En este aspecto, también puede servir conocer las limitaciones legales de los contratos. Los abogados especialistas recomiendan:
Para inquilinos: estar atentos a la fecha de vencimiento del contrato y, para continuar en la vivienda, asegurarse de que el propietario no haya manifestado la intención de no renovar. También se deberá comunicar la decisión de finalizar el contrato con la antelación requerida.
Para propietarios: si no se desea renovar el contrato, es vital que se notifique al inquilino dentro de los plazos legales para evitar la prórroga automática. También se debe estar informado sobre las actualizaciones de la renta.
Motivos por los que se puede rescindir el contrato de alquiler
La Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) avala la rescisión del contrato de alquiler por parte del propietario si el inquilino no cumple con ciertas obligaciones.
Impago del alquiler mensual
Cuando el inquilino no paga el alquiler o no lo hace en el tiempo acordado, el propietario puede iniciar inmediatamente los trámites para desalojarlo de la vivienda, además de poner fin al contrato de alquiler.
No pagar la fianza
La fianza es uno de los pagos que el futuro inquilino debe realizar a la hora de firmar el contrato de alquiler. Este depósito sirve por si el arrendatario causa desperfectos o no paga el alquiler. En caso de que el inquilino no abone la fianza o se niegue a pagar su actualización, el propietario podrá rescindir el contrato de alquiler.
Subarrendamiento ilegal de habitaciones
Según el artículo 27 de la Ley de Arrendamientos Urbanos, subarrendar una habitación sin el consentimiento previo y por escrito del propietario es ilegal. Si eso sucede sin la autorización del arrendador, él podrá rescindir el contrato.
Realización de obras en la vivienda
Las obras realizadas por el inquilino que modifican la configuración de la vivienda o los espacios que se alquilan con ella sin el consentimiento escrito y firmado del propietario conforma una falta a la LAU y el arrendador podrá rescindir el contrato.
Uso de vivienda para fines diferentes a los estipulados
El propietario podrá rescindir el contrato de alquiler cuando su inquilino destine la vivienda a una actividad que no sea usarla como residencia habitual. Un ejemplo de esta falta es el uso de la vivienda para actividades empresariales.
Realización de actividades molestas, insalubres o ilícitas
Si se realiza en la vivienda actividades que molesten a los vecinos, que empeoran las condiciones de salubridad, que son peligrosas o que son ilegales, el propietario tiene la potestad para rescindir el contrato.