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Un informe recientereveló que los docentes españoles sostienen el sistema educativo con horas invisibles y no remuneradas, lo que genera un impacto directo en su bienestar y en la calidad de la enseñanza.

La investigación de GoStudent expone que cada curso escolar los profesores trabajan el equivalente a 52 días sin recibir compensación económica.

El estudio pone de relieve que las jornadas laborales exceden ampliamente lo estipulado, con ocho horas extra a la semana dedicadas a tareas de planificación, corrección, comunicación con familias y reuniones.

Además, los periodos vacacionales se ven reducidos por la necesidad de destinar más de 50 horas a trabajos pedagógicos, lo que erosiona los descansos y mantiene la presión sobre los docentes.

¿Cómo repercuten las horas invisibles en la vida y salud del profesorado?

Las consecuencias del exceso de trabajo son evidentes. Según la encuesta, el 67% de los profesores afirma que estas largas jornadas afectan negativamente su salud mental, mientras que un 41% reconoce sentir temor al regreso escolar tras las vacaciones.

La fecha simbólica en la que los docentes españoles comienzan a percibir un salario que compense sus esfuerzos se fija en el 21 de octubre de 2025, más de siete semanas después del inicio del curso.

Aunque España está en mejor situación que otros países europeos como Alemania, donde el "primer día pagado" se retrasa hasta enero, la frustración docente sigue creciendo. Ocho de cada diez profesores creen que el Gobierno no está adoptando medidas eficaces para reducir el exceso de horas, y un 88% considera insuficientes las iniciativas para bajar el número de alumnos por clase.

El resultado es un sistema que se mantiene gracias al sacrificio de los docentes, pero que arriesga su estabilidad al dejar de proteger su tiempo personal y de descanso.

La advertencia del informe es clara: el agotamiento amenaza tanto al bienestar de los maestros como al futuro del alumnado.

¿La inteligencia artificial puede ser una salida a la sobrecarga docente?

El estudio señala a la inteligencia artificial como una herramienta capaz de devolver tiempo a los profesores. Un 46% de los docentes españoles ya ha utilizado estas tecnologías, aunque la falta de formación limita su eficacia.

Los expertos proponen comenzar por lo más básico, como la planificación de clases o la elaboración de criterios de evaluación, para reducir las tareas repetitivas y permitir que el trabajo pedagógico se concentre en el aula.

El objetivo no sería reemplazar la enseñanza con tecnología, sino equilibrar la carga laboral para que los docentes no continúen regalando horas y sacrifiquen su vida personal.

Sin medidas concretas, el informe advierte que el sistema seguirá funcionando sobre el agotamiento de sus profesionales, comprometiendo tanto la salud del profesorado como la calidad de la educación en España.