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La resistencia a los antibióticos se ha convertido en una de las principales amenazas para la salud mundial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las bacterias que han aprendido a resistir los tratamientos médicos han provocado que infecciones comunes, que antes se curaban fácilmente, sean cada vez más difíciles de tratar. En los próximos 25 años, esta crisis podría causar la muerte de hasta 208 millones de personas en todo el mundo.

¿Por qué la resistencia está aumentando?

El mal uso y el abuso de los antibióticos son las principales causas detrás de este aumento alarmante. Tanto en tratamientos médicos como en la ganadería y agricultura, el uso indiscriminado de estos medicamentos ha permitido que las bacterias desarrollen mecanismos de defensa que las hacen inmunes.

Este fenómeno ha creado lo que se conoce como superbacterias, capaces de resistir los tratamientos convencionales, lo que significa que enfermedades como la neumonía o las infecciones del tracto urinario, que antes se trataban con facilidad, ahora pueden ser mortales.

Consecuencias globales y quiénes son los más afectados

Si no se toman medidas inmediatas, para 2050, se proyecta que las infecciones resistentes a los antimicrobianos podrían causar más de 39 millones de muertes directas. La población más vulnerable será la de los mayores de 70 años, donde la incidencia podría aumentar hasta un 234% en regiones como el norte de África y Oriente Medio.

Además de las muertes directas, millones más se verán afectadas por complicaciones asociadas a la falta de tratamientos efectivos, lo que incrementará considerablemente los costes de atención sanitaria.

Qué se puede hacer para detener esta crisis

Los expertos coinciden en que el problema no solo radica en encontrar nuevos antibióticos, sino también en educar sobre el uso responsable de estos medicamentos. Las medidas preventivas, como la vacunación y la reducción del uso innecesario de antibióticos, son fundamentales para frenar esta crisis. Además, mejorar el acceso a la atención sanitaria en regiones vulnerables podría salvar hasta 92 millones de vidas en los próximos años.

La lucha contra la resistencia a los antibióticos es una carrera contra el tiempo. Es necesario actuar ahora para evitar que este problema se convierta en una crisis sanitaria mundial aún mayor.