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En España, el pediatra Carlos González, referente en crianza respetuosa y autor de varios libros del tema, ha compartido una estrategia para que los hijos estudiensin conflictos. En su podcast Criando sin miedo, González advierte que imponer el estudio como una obligación puede apagar el interés natural por aprender.

La "receta" del especialista consiste en eliminar la presión constante y fomentar el deseo genuino de estudiar, imitando cómo las marcas despiertan el interés de los consumidores. En lugar de obligar, se trata de inspirar curiosidad y dejar que los niños descubran por sí mismos qué les motiva.

Cómo aplicar el consejo del pediatra Carlos González para que tus hijos estudien

Carlos González plantea que muchos padres, sin querer, actúan como publicistas mal orientados: tratan de convencer a sus hijos de que desean estudiar, cuando en realidad les están imponiendo ese deseo. "Es lo que hacen los publicitarios", explica, comparando el estudio con la forma en la que nos convencen de comprar productos.

El problema, según el profesional, es que al insistir demasiado en que los hijos estudien, se elimina el componente natural del aprendizaje, la curiosidad.

González sostiene que el ser humano es inquisitivo por naturaleza, pero cuando el conocimiento se impone como una obligación diaria, los niños acaban rechazándolo. "Es una lástima que cosas que realmente serían útiles para ellos, no les interese aprenderlas porque les hemos hecho creer que no les gustan", señala.

En lugar de convertir el estudio en una batalla cotidiana, González propone permitir que los hijos disfruten aprendiendo. Y lo ejemplifica con claridad: los mismos niños que memorizan sin esfuerzo todos los personajes de Juego de Tronos o las estadísticas de sus equipos de fútbol, son los que luego rechazan los libros escolares.

La clave, dice, está en no obligar y dejar que el deseo auténtico emerja sin presión externa.

El entorno también educa: cómo fomentar el interés sin imponerlo

La propuesta de Carlos González no implica abandonar normas, sino crear un entorno en el que los hijos puedan conectar con lo que realmente les interesa. Para ello, madres y padres deben adoptar un rol más de acompañamiento que de imposición. "Limítense a permitir que sus hijos de verdad puedan hacer disfrutando lo que de verdad sí que desean", aconseja.

Respetar los ritmos de aprendizaje y ofrecer libertad para explorar distintas áreas del conocimiento puede ser más eficaz que cualquier castigo o incentivo artificial. En lugar de obsesionarse con las notas, González sugiere observar qué despierta la atención natural del niño y reforzarlo sin convertirlo en una obligación. Así, el aprendizaje se convierte en una elección, no en una carga.