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En el sur de Francia, Marianne Delcourt, una agricultora de 48 años, vio cómo su vida daba un giro inesperado cuando, durante la perforación de un pozo en su granja, descubrió un yacimiento de oro de 7 toneladas. Lo que inicialmente parecía ser una suerte inesperada se convirtió rápidamente en una pesadilla que involucró al Estado.

El hallazgo de Delcourt ha capturado la atención de Francia y el mundo entero, y generó un gran debate sobre los derechos de los ciudadanos frente al interés público.

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El caso de la mujer que descubrió un yacimiento con 7 toneladas de oro

Marianne Delcourt dedicó dos décadas de su vida a cuidar su granja orgánica en el sur de Francia, donde cultivaba hortalizas y criaba pollos. Durante todos esos años, su principal objetivo era ofrecer productos saludables y respetuosos con el medio ambiente a la comunidad.

Sin embargo, mientras perforaba un pozo de agua en busca de recursos hídricos para su granja, Delcourt descubrió algo completamente fuera de lo común: una rica veta de oro.

Al percatarse de las anomalías en el terreno, Delcourt decidió llamar a un grupo de especialistas para que analizaran el hallazgo. Después de un exhaustivo estudio, los geólogos confirmaron lo que ella temía y esperaba al mismo tiempo: había encontrado un yacimiento de oro puro, con una estimación de 7 toneladas en total.

Este descubrimiento, que podría haber cambiado su vida para siempre, terminó en un enfrentamiento legal que afectó tanto su bienestar como sus años de trabajo.

Por qué el gobierno francés decidió quitarle la granja a la mujer

El descubrimiento de Delcourt no fue suficiente para mantener su propiedad. Según las leyes francesas, todos los yacimientos subterráneos, sin importar dónde se encuentren, pertenecen al Estado.

Es una normativa que se ha establecido para regular el aprovechamiento de recursos naturales, con la idea de que estos deben estar disponibles para el interés público, en lugar de ser utilizados exclusivamente por el propietario del terreno.

Es así como el Gobierno francés intervino rápidamente tras conocer el hallazgo, decretando la requisición de la tierra, lo que significa que Marianne Delcourt perdió su propiedad y el control sobre el yacimiento de oro.

El argumento de las autoridades se basó en razones de seguridad nacional y el interés público, ya que el oro hallado podría tener un impacto económico significativo en el país.

El gobierno francés no da indemnización

A pesar de que el Estado se llevó la propiedad de Delcourt, la mujer nunca recibió una indemnización por el valor del oro ni por el trabajo que realizó durante dos décadas en su granja.

Esto ha sido un punto clave en el debate sobre los derechos de los propietarios frente a los intereses del Estado.

Miles de personas se han unido a una campaña en línea exigiendo que se devuelvan las tierras de Delcourt, mientras que las manifestaciones se multiplican en las calles de Francia.