En esta noticia

La contaminación generada por los residuos humanos de todo tipo se ha convertido en uno de los desafíos ambientales más urgentes para la sociedad. Todos los años, millones de toneladas de basura acaban en entornos naturales, lo que conlleva consecuencias devastadoras para distintos ecosistemas.

Uno de los ejemplos más impactantes de esta crisis medioambiental se encuentra en el Pacífico Sur, y se trata de la isla Henderson, también conocida como Elizabeth, perteneciente a Reino Unido desde 1902. Sus playas, ahora llenas de basura, fueron declaradas Patrimonio Mundial por la Unesco en 1988.

Las estimaciones explican que a lo largo de un tramo de 2,5 kilómetros de playa de arena se han acumulado durante décadas unas 18 toneladas de plástico, a un ritmo de varios miles de piezas de este material cada día. En concreto, la estimación es que cada día se acumulan en la isla 3.750 nuevos componentes de residuos, con una tasa 100.000 veces mayor que en otros lugares del planeta.

Isla Henderson, la isla más contaminada de Europa. (Fuente: Iain McGregor)

La historia de la isla que perdió todo su brillo y se convirtió en el basurero más grande del mundo

La isla Henderson tiene una extensión cercana a 37 kilómetros y cuando la UNESCO la incluyó en su lista de Patrimonio de la Humanidad en 1988 fue por conservar un ecosistema prácticamente intacto, con especies endémicas y condiciones ideales para la investigación científica sobre evolución y biodiversidad.

Sin embargo, desde entonces ese equilibrio se ha perdido. Actualmente, la densidad total de residuos equivale a 100.000 veces más basura que el promedio mundial. A medio camino entre Nueva Zelanda y Chile, este pedazo de tierra de unos 37 kilómetros cuadrados se encuentra colapsado de residuos entre boyas, contenedores y botellas de plástico.

La causa principal está en el Giro del Pacífico Sur, una gigantesca corriente oceánica que arrastra desperdicios desde distintas zonas del planeta. La creencia es que la mayoría de estos restos provienen de Iberoamérica o de actividades como la pesca. La mayor parte de la basura, en torno a un 68 %, ni siquiera es visible, ya que al menos 4.500 trozos por metro cuadrado se encuentran enterrados a 10 centímetros bajo la superficie.

Los problemas que genera la contaminación en la isla Henderson. (Fuente: Iain McGregor)

¿Qué pasa con la flora y la fauna de la isla más contaminada del mundo?

Las consecuencias de la contaminación para la vida silvestre en la isla son notorias. Por ejemplo, las aves marinas que encuentran en Henderson un sitio clave para anidar, ingieren plásticos al confundirlos con alimento, lo que provoca desnutrición, intoxicaciones y muertes masivas. A nivel mundial, más del 55% de las especies de aves marinas sufren este problema, incluidas dos endémicas de la isla.

Los cangrejos terrestres también se vieron afectados: al perder sus refugios naturales, utilizan residuos humanos como vivienda. Tapas de botellas, fragmentos de juguetes o envases de cosméticos se convirtieron en improvisados caparazones. En un estudio liderado por la investigadora Jennifer Lavers, se documentó el caso de un cangrejo que habitaba dentro de la cabeza rota de una muñeca.

Pero el daño va más allá de lo visible. El plástico altera la temperatura del suelo, modifica la composición química de la arena y actúa como vehículo de especies invasoras, rompiendo el delicado equilibrio de los ecosistemas insulares.