El país construirá dos nuevos portaviones que podrán llevar aviones a chorro, helicópteros y tropas de asalto
La Armada española amplía su flota con dos buques de asalto anfibio de última generación.
La Armada española ha anunciado un ambicioso plan para fortalecer su capacidad operativa mediante la construcción de dos nuevos buques de asalto anfibio tipo LHD (Landing Helicopter Dock). Estos navíos, similares al actual Juan Carlos I, están diseñados para transportar aviones de combate, helicópteros y tropas de asalto, consolidando a España como una potencia naval de referencia en el ámbito internacional.
Características de los nuevos buques de asalto anfibio LHD
Los futuros buques, con un desplazamiento aproximado de 30.000 toneladas, contarán con una cubierta de vuelo apta para la operación de aviones de despegue corto y aterrizaje vertical, como el F-35B, y diversos tipos de helicópteros. Además, dispondrán de un dique inundable que permitirá el despliegue de lanchas de desembarco y aerodeslizadores, facilitando operaciones anfibias y la proyección de fuerzas en distintos escenarios.
La construcción de estos LHD se llevará a cabo en los astilleros de Navantia, probablemente en Ferrol, aprovechando la experiencia adquirida con el Juan Carlos I y las exportaciones de este diseño a países como Australia y Turquía. Se espera que las obras comiencen en 2028 y que los buques entren en servicio en la próxima década.
Justificación y contexto estratégico para la fabricación de estos buques
La decisión de ampliar la flota con estos dos nuevos buques responde a la necesidad de mantener y potenciar la capacidad de proyección estratégica de España, especialmente en un contexto geopolítico marcado por crecientes tensiones internacionales. Actualmente, el Juan Carlos I es el único buque de estas características en la Armada, y su próxima parada técnica para la sustitución del sistema de propulsión, prevista para mediados de 2025, dejará a la flota sin una plataforma de estas capacidades durante un tiempo.
Además, otros países europeos, como Italia y Francia, están invirtiendo en la modernización y ampliación de sus flotas de portaviones y buques anfibios, lo que refuerza la necesidad de España de no quedarse rezagada en este ámbito.
Impacto económico e industrial de esta decisión
La construcción de estos buques supondrá un impulso significativo para la industria naval española, especialmente para los astilleros de Navantia. Se prevé la creación de numerosos puestos de trabajo directos e indirectos, así como el fortalecimiento de la cadena de suministro nacional. Asimismo, este proyecto consolidará la posición de España en el mercado internacional de construcción naval militar, abriendo oportunidades para futuras exportaciones y colaboraciones.