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LaOrganización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha lanzado una seria advertencia que podría llevar a más de uno a replantearse lo que pone en el plato. En un reciente informe, la entidad denuncia que el consumo actual de carne en Europa supera las recomendaciones nutricionales.

El problema, sin embargo, va más allá de la salud, el modelo alimentario basado en productos animales representa una amenaza directa para el medio ambiente. En palabras de la OCU, seguimos una dieta "excesiva e insostenible" que compromete nuestro bienestar y el del planeta.

Consumo de demasiada carne: ¿qué dice la OCU?

Según el análisis de la OCU, gran parte de la población europea ingiere el doble de proteínas de las necesarias, y estas provienen mayoritariamente de la carne. Esta sobrealimentación genera desequilibrios nutricionales y acelera el deterioro medioambiental.

De hecho, la ganadería intensiva es responsable de casi un tercio de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, además de consumir el 70% del agua dulce disponible en el planeta.

La organización alerta de que esta situación es insostenible tanto a nivel ecológico como en términos de salud pública. Aunque el 44% de los europeos afirma haber reducido su ingesta de carne en los últimos cinco años, todavía existe una fuerte resistencia al cambio.

Entre quienes no tienen intención de modificar sus hábitos, el argumento más repetido es el económico, seguido del desconocimiento sobre opciones más sostenibles.

¿El futuro de la carne está en la tecnología?

A la luz de estas advertencias, la Unión Europea ha activado un ambicioso plan que busca transformar la forma en que se produce y consume carne. Con el respaldo de la Comisión Europea y bajo el marco de la Agenda 2030, se promueve la reducción del consumo de carne roja y el impulso de sustitutos como los alimentos impresos en 3D.

Esta estrategia forma parte de una hoja de ruta detallada en la Memoria Económica, que contempla una reducción del 90% en las emisiones para 2040.

El reto, como reconoció Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión, será equilibrar sostenibilidad con seguridad alimentaria, sin poner en riesgo el suministro de productos esenciales.