Alarma en la familia real | La fortuna de Juan Carlos I podría estar en peligro por culpa de la Infanta Elena y sus gastos
A excepción de Leonor y Sofía, los otros seis nietos del emérito han disfrutado de un estilo de vida privilegiado, cortesía de los generosos fondos de su abuelo.
En los últimos años, las visitas de las infantas Elena y Cristina a su padre, el rey emérito Juan Carlos I, se han vuelto habituales. Los titulares sobre sus viajes a Abu Dabi se repiten con frecuencia, y estos mismos señalan que, además del afecto familiar, el dinero es una razón clave detrás de estas.
Este vínculo económico explica en parte el constante movimiento de las infantas y de varios de sus hijos, quienes también se desplazan para ver a su abuelo.
A excepción de Leonor y Sofía, los otros seis nietos del emérito han disfrutado de un estilo de vida privilegiado, cortesía de los generosos fondos de su abuelo. Desde estudios en el extranjero hasta costosos viajes, pisos y coches de lujo, los hijos de las infantas Elena y Cristina no han tenido que preocuparse por cuestiones económicas.
Las cuantiosas transferencias que realiza la infanta Elena todos los meses
La infanta Elena, primera hija de Juan Carlos I, ha mantenido una relación estrecha y leal con su padre a lo largo de los años. A diferencia de su hermana Cristina, quien ha enfrentado numerosos escándalos relacionados con su esposo Iñaki Urdangarin, Elena ha tratado de evitar las controversias públicas, concentrándose en su trabajo en la Fundación Mapfre.
Dicho puesto le asegura unos ingresos de alrededor de 300.000 euros anuales, aunque es de conocimiento público que buena parte de su estabilidad económica proviene del apoyo financiero de Juan Carlos.
En este contexto, las visitas de la infanta Elena a Abu Dabi tienen un componente tanto emocional como económico. Juan Carlos ha dispuesto que su herencia, gestionada a través de una fundación en Emiratos Árabes Unidos, beneficie directamente a Elena y a Cristina, asegurando que ambas mantengan su nivel de vida.
Elena, quien no recibe ningún ingreso del presupuesto oficial de la Casa Real, ve en su padre una figura clave para su bienestar financiero para ella y sus hijos. Victoria Federica, la menor de sus hijas, ha sabido aprovechar su posición en la familia real para construir una marca personal en el mundo de la moda y las redes sociales.
Convertida en una de las "influencers" más cotizadas de España, Victoria ha logrado que su presencia mediática sea una fuente de ingresos independiente, a través de colaboraciones con marcas y apariciones en eventos de alto perfil. Sin embargo, detrás de su estilo de vida glamoroso está la influencia y el respaldo económico de su abuelo, Juan Carlos I.
Pese a que los fondos provienen directamente del patrimonio de Juan Carlos, no es el exmonarca quien realiza las transferencias de dinero. La encargada de administrar y distribuir estos recursos es la infanta Elena, quien gestiona las finanzas de su padre en favor de sus hijos.
Según fuentes cercanas a la familia real y en conversación con el diario El Nacional Cat, Elena transfiere mensualmente sumas significativas a Victoria Federica, permitiéndole mantener su estilo de vida lleno de viajes, eventos y fiestas de la alta sociedad.
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De fundación en fundación: el legado económico de Juan Carlos I que busca saltarse Hacienda
El escándalo de la Lucum Foundation, que salió a la luz en 2020, marcó un antes y un después en la percepción pública de la fortuna de Juan Carlos. Aunque las investigaciones fueron archivadas, la imagen del emérito quedó deteriorada, y su partida a los Emiratos Árabes fue vista como una salida estratégica para evitar mayores repercusiones legales y mediáticas.
Recientemente, el rey emérito creó una fundación en Emiratos Árabes Unidos para centralizar su fortuna en el extranjero y asegurarse de que su herencia pase a manos de las infantas Elena y Cristina.
La fundación garantiza la discreción y el anonimato de sus beneficiarios, pero también opera bajo un marco fiscal sumamente beneficioso, sin impuestos sobre las herencias y con gran secretismo en sus estatutos.
Aunque Felipe VI renunció públicamente a la herencia de su padre en marzo de 2020, la fortuna de Juan Carlos sigue siendo un tema controvertido. A pesar de que oficialmente se afirma que el rey emérito carece de dinero, se han documentado pagos millonarios para regularizar su situación con Hacienda.
En diciembre de 2020, pagó 678.393 euros para evitar una condena por delito fiscal, y en febrero de 2021 desembolsó otros 4,4 millones para regularizar el uso de vuelos privados financiados por su primo, Álvaro de Orleans.