

Clarisa Estol fue presidenta del Banco Hipotecario y es co directora del Fondo de Inversiones en Tierras; Mariel Fornoni es fundadora de la consultora de opinión pública Management&Fit y Beatriz Nofal, presidenta de la consultora Eco-Axis y ex titular de la Agencia Nacional de Inversiones, entre otros. Propietarias cada una de un currículum que insinúa que su autora llegó a la cima en su área, las tres ejecutivas conformaron el panel que le dio perfume de mujer a la ExpoEFI 2014. Presentadas por José Del Rio, charlaron sobre su concepción del éxito, la búsqueda de equilibrio entre vida personal y laboral, el cupo femenino, el techo de cristal, la brecha de salarios.
¿Cómo hicieron para romper el tan mencionado techo de cristal?
Clarisa Estol (CE): A veces, somos nosotras las que nos ponemos el techo. Cuando yo decía que trabajaba en un banco y era la presidenta del Hipotecario, otras mujeres me preguntaban de quién era la secretaria. Como si ese fuera el único puesto al que una mujer puede aspirar.
Beatriz Nofal (BN): Creo que con profesionalismo y perseverancia, una puede sobresalir sin necesidad de diferenciarse por sus atributos femeninos. Yo llegué a vestirme con ropa oscura para no llamar la atención como mujer.
Mariel Fornoni (MF): A veces no está mal diferenciarse por la condición femenina, en el campo político, por ejemplo. El primer estudio que hicimos sobre esto fue la primera campaña presidencial de Michele Bachelet, en Chile. El electorado no conocía su gestión, pero sí datos de su vida personal, sabían que era médica, madre, divorciada. Pero, aún hoy, cuesta que se hable de gestión cuando se trata de una presidenta. Se opina más de su vestimenta o maquillaje. Eso no pasa con los varones.
Un reciente estudio, entre 200 compañías, revela que el 65% de los participantes de programas de jóvenes profesionales son mujeres. Pero, a nivel de Directorio esa tasa se reduce a 14%. ¿Qué se puede hacer para que el talento no se pierda en el camino?
BN: En la función pública, esto se facilitó por el cupo femenino. Y habría que regularlo en la actividad privada, como se hizo en Europa. Esto sin desligarnos, a las que llegamos a lugares de decisión, de nuestra responsabilidad de abrir el camino para otras mujeres.
CE: No estoy de acuerdo con los cupos. Son medidas antipáticas y de corto plazo, como los precios controlados. Hay que educar a los empresarios, varones y mujeres, en que la diversidad es lo mejor.
MF: No hay que victimizarse. El número de mujeres en altos cargos está creciendo. El tema es que nosotras no medimos el éxito, en términos de metas cuantitativas, sino en vivir de lo que te gusta y poder compatibilizar tu vida personal y laboral.
¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de las mujeres para liderar?
BN: En cuanto a inteligencia y capacidad de trabajo, hombres y mujeres somos iguales. Pero -según un estudio de McKinsey- las mujeres tenemos más empatía y habilidades de comunicación, mientras que los hombres son mejores en el control y en reaccionar más rápido, ante los errores. Esto lleva a que los equipos diversos, como en la vida, son más productivos.
MF: Hay condiciones que, antes, se consideraban desventajas y, hoy, son vistas como positivas: la capacidad de escucha y la habilidad para pensar en varias cosas al mismo tiempo, típicamente femeninas.
CE: Se dice que los hombres se enfocan más y las mujeres hacemos multitasking. En general, la mujer gana menos, pero, también, es cierto es que no trabajamos sólo por la plata. Si el lugar nos gusta y lo podemos acomodar con otros intereses, el balance nos da positivo.













