A las 15, tres horas antes de que cerrara el horario de votación, había votado más de la mitad del padrón en la Ciudad de Buenos Aires en los comicios para elegir jefe y vicejefe de Gobierno, 30 legisladores y 105 comuneros. En paralelo, iban llegando a los principales búnkers los bocas de urna de la mañana y el mediodía, y las proyecciones generaban ilusión en uno de los partidos.
El presidente del Tribunal de Justicia Electoral de la Ciudad de Buenos Aires, Luis Lozano, había anticipado poco después del mediodía que ya había emitido su voto “gran parte del padrón”y que los comicios se estaban “desarrollando en términos normales”. Poco después, el tribunal informó que el 52% ya había votado para las 15.
En tanto, en los búnkers de los principales partidos recibían desde el mediodía los primeros boca de urna, cuyos resultados trascendieron desde esos mismos grupos y a través de las redes sociales.
Si bien se trata de primeras estimaciones y aún faltaba que votaran una buena cantidad de electores, los sondeos -por lo menos los realizados por dos de las tres fuerzas que terminaron primeras en las PASO de abril- coincidían no sólo en cuanto a quién es el que primero sino en que ese candidato podría acercarse al 50% con una amplia diferencia sobre el segundo.
En cuanto al desarrollo de la elección, Lozano contó, en diálogo con el canal Todo Noticias, que hasta el momento no había habido “incidentes importantes” con la implementación de la boleta única electrónica. “Hasta ahora ha funcionado muy bien”, recalcó, al tiempo que dijo que el sistema representa “una ventaja, no solo para el elector, sino para lo que viene después, ya que va a permitir que el voto sea más certero”.
De todos modos, Lozano se encargó de aclarar que no es el Tribunal de Justicia Electoral el que implementó la boleta electrónica: “Nosostros solo lo fiscalizamos, pero estamos muy entusiasmados, creemos que va a funcionar muy bien”.
El sistema fue cuestionado en los últimos días por ciertas vulnerabilidades por parte de técnicos independientes y la Fundación Vía Libre. En las escuelas que funcionan como centros de votación, está prohibido usar celulares (justamente para prever algunas de esas vulnerabilidades), aunque esa prohibición no se cumple, y las autoridades de cada mesa están en el mismo lugar que la impresora de la boleta electrónica, muchas veces en un patio o un mismo salón grande con otras mesas, con lo que desapareció el cuarto oscuro (el secreto del voto está resguardado por las “aletas” de la impresora y en doblar la boleta antes de retirarse de la impresora).
Sin embargo, en las redes sociales había más elogios que críticas, sobre todo por la sencillez y rapidez con la que se podía votar. También se reportaron desperfectos en algunas máquinas, pero, en general, no se informó de grandes demoras. Los candidatos a jefe de Gobierno, por su parte, elogiaron el sistema.