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La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, encabezó este jueves el relanzamiento del protocolo general para el empleo de armas de fuego por parte de las fuerzas federales, también conocida como "doctrina Chocobar", que por el momento solo regirá para Prefectura Naval.
Se trata de una normativa originalmente dictada por medio de la resolución 956/2018 cuando Bullrich era ministra del gobierno de Mauricio Macri. Sin embargo, esta fue dejada sin efecto en diciembre de 2019, en una de las primeras medidas que tomó durante su gestión bajo el mandato de Alberto Fernández.
En la presentación que se realizó en la sede de la cartera, Bullrich estuvo acompañada por el secretario de Seguridad, Vicente Ventura Barreiro; y el jefe de Prefectura Naval Argentina, prefecto general Guillermo Giménez Pérez.
"Mañana en el Boletín Oficial se publicará una resolución para que Prefectura pueda usar todo tipo de armas de fuego y no sólo las armas cortas que hoy tiene permitido", afirmó la funcionaria.
"Hemos trabajado este protocolo para que la Prefectura pueda proteger su gente, las fronteras, la ciudadanía y estar en mejores o iguales condiciones en la que están los criminales", sostuvo Bullrich, y detalló que en la actualidad los agentes de esta fuerza se encuentran "en una situación desventajosa en el patrullaje de ríos de frontera en relación a los delincuentes".
Doctrina Chocobar: qué dice el reglamento para el uso de armas de fuego
Con el restablecimiento del denominado "Reglamento General para el Empleo de las Armas de Fuego por parte de los Miembros de las Fuerzas Federales de Seguridad", Bullrich busca reafirmar su "compromiso inquebrantable de proteger a quienes nos protegen", se informó en un comunicado.
El protocolo, duramente criticado por organizaciones de derechos humanos, establece en su primer artículo que los funcionarios de las fuerzas "solo podrán usar las armas en cumplimiento de sus deberes cuando sea estrictamente necesario y en la medida que lo requiera el desempeño de sus tareas", quedando habilitados a disparar en los siguientes casos:
- En defensa propia o de otras personas, en caso de peligro inminente de muerte o de lesiones graves.
- Para impedir la comisión de un delito particularmente grave, que presente peligro inminente para la vida o la integridad física de las personas.
- Para proceder a la detención de quien represente ese peligro inminente y oponga resistencia a la autoridad.
- Para impedir la fuga de quien represente ese peligro inminente, y hasta lograr su detención.
Antes del empleo de armas, advierte el artículo 3, los funcionarios deberán "identificarse como tales intimando de viva voz a cesar la actividad ilícita".
Sin embargo, quedarán exceptuados de seguir ese paso cuando dicha acción "pueda suponer un riesgo de muerte o de lesiones graves a otras personas, cuando se pusiera indebidamente en peligro sus propias vidas o su integridad física, o cuando resultare ello evidentemente inadecuado o inútil, dadas las circunstancias del caso".
Las circunstancias que podrían ser catalogadas de "peligro inminente", especifica el reglamento, protegen el accionar policial "cuando se presuma verosímilmente que el sospechoso pueda poseer un arma letal", cuando "aún sin el uso de armas" el agresor tenga la capacidad de provocar lesiones graves o la muerte de terceros, y cuando el presunto delincuente "se fugue luego de haber causado o de haber intentado causar" un hecho delictivo.
El caso Chocobar: de dónde surgió la doctrina
La figura de Luis Chocobar se hizo pública el 8 de diciembre de 2017. Esa mañana, a pocos metros de Caminito, en el barrio porteño de La Boca, el turista norteamericano Joe Wolek caminabaa pie con su cámara fotográfica cuando fue interceptado y apuñalado con fines de robo por dos delincuentes.
Tras el ataque, ambos asaltantes salieron corriendo, pero mientras uno logró escapar, Juan Pablo Kukoc, de 18 años, fue interceptado a tres cuadras por dos transeúntes que habían visto el ataque.
Instantes después, llegó al lugar Chocobar, efectivo de la Policía Local de Avellaneda, quien se identificó y, según declaró luego, le pidió que se detenga, tras lo cual efectuó disparos, dos de los cuales alcanzaron a Kukoc en el muslo izquierdo y el mortal, en la zona de la baja espalda.
En mayo de 2021, el policía fue sentenciado por homicidio con exceso en cumplimiento del deber a dos años y medio de prisión en suspenso y cinco años de inhabilitación para funciones operativas.
Desde que se conoció el caso, Bullrich respaldó abiertamente a Chocobar y y el 12 de enero pasado lo recibió en su despacho. En el encuentro hablaron sobre planes para "modernizar y adaptar" la legislación del Código Penal y así"garantizar un marco legal que ampare a quienes defienden la seguridad pública".