Como parte del panel "Liberando el potencial de la Argentina", el especialista en desarrollo económico, Daniel Schteingart, expuso en el 54° Coloquio de Idea, que se desarrolla en Mar del Plata.

Schteingart, que es doctor en Sociología y magister en Sociología Económica, habló ante los hombres de negocios sobre las creencias sobre el sistema educativo y su vínculo con el mercado del trabajo que están arraigadas en la sociedad. Mitos y verdades que resumió en 11 frases que fue analizando a través de diversas estadísticas:

1. El nivel educativo de la población argentina es cada vez peor

Es discutible. Si miramos las tasas de analfabetismo de nuestros jóvenes entre 15 y 25 años a través del tiempo, vemos que va cayendo década a década. No es algo exclusivo de Argentina, viene sucediendo en la región.

Más que hablar de un retroceso de la educación argentina, en términos absolutos nuestro nivel ha seguido avanzando, pero otros países lo han hecho a un ritmo más rápido. La sensación de cierta decadencia argentina tiene que ver con la pérdida del lugar de "líder regional" que el país tenía.

2. En los últimos 15 años menos jóvenes terminan la secundaria

Esto es falso. Si miramos los datos, veremos que la cantidad de años de escolarización de nuestra población de entre 21 y 30 años ha subido, si bien se ha estancado en los últimos cinco.

Hoy ese porcentaje está en sus máximos históricos, es más alto que hace 10 o 15 años.

3. Los pobres no llegan a la universidad

Es falso. En la población de 18 a 35 años, de cada 100 personas unas 29 son pobres. En la población universitaria esa proporción es de 19 de cada 100.

Es un porcentaje significativo. Y si hablamos de universidades públicas, esa cifra asciende al 21%.

4. La escuela privada es de mayor calidad que la pública

Es discutible. Si uno mira datos de pruebas de aprendizaje, es cierto, a los alumnos de las escuelas privadas les va mejor que a las de gestión pública. Pero eso no tiene que ver con la calidad de la escuela, sino, como lo han demostrado numerosos estudios, con el entorno socioeconómico de los alumnos que acuden a uno y otro tipo de escuela.

La diferencia entonces pasa por el entorno, que influye en el desempeño, y no por la gestión de la escuela.

5. El porcentaje de alumnos de escuela privada en Argentina es el mayor de la región

Es verdadero. La tasa de alumnos primarios que asiste a escuelas privadas asciende al 30% en nuestro país, es la más alta de la región. En el nivel secundario la cifra está en el 25%, la segunda más alta de la región, sólo por detrás de Guatemala.

En la universidad, en cambio, la situación es opuesta. Hay más alumnos en instituciones públicas. Junto con Uruguay tenemos la tasa más alta de matriculación de la región.

6. A mayor nivel educativo, menor tasa de desempleo y de empleo en negro

Es verdadero. La tasa de desempleo tiende a caer a medida que crece el nivel educativo. Y específicamente en el empleo en negro cae exponencialmente.

Entre las personas que no terminaron la escuela primaria, el nivel de empleo en negro asciende al 59%, en cambio en aquellos que terminaron la universidad o tienen estudios terciarios ronda el 10%.

7. En Argentina las personas con título universitario aumentan sus ingresos más que el resto, por lo que aumenta la desigualdad

Es falso. Efectivamente en Argentina los universitarios tienden a ganar más que las personas que tienen menor nivel educativo, pero la brecha ha disminuido en los últimos años.

En 2003 alguien con título universitario ganaba 2,5 veces que alguien que no había terminado la secundaria. Hacia 2015 esa tendencia cayó a dos veces.

Esto puede explicarse por tres razones: la sobreoferta de personas con título universitario, un aumento de la demanda de trabajadores con nivel educativo bajo (por ejemplo, en el sector de la construcción), o un aumento del salario mínimo en un porcentaje mayor al del salario medio que termina reduciendo esa brecha en favor de los de menor nivel educativo

8. Para su nivel de PBI per cápita el porcentaje de empleo calificado de Argentina es bajo

Es verdadero. Para nuestro PBI percápita el nivel de empleo calificado es bajo como en toda la región. Ello tiene que ver con nuestro perfil de especialización intensiva en recursos naturales, que contribuyen mucho al PBI pero no son demandantes de empleo calificado.

9. Las regiones menos desarrolladas del país son las que tienen más desempleo

Es falso. La región de menor desempleo en el país es el NEA, y es paradójicamente la de menos desarrollo o, dicho de otra forma, de mayor pobreza. Su índice de desempleo es del 3,5%. La Ciudad de Buenos Aires, la región pampeana y el conurbano tienen, en cambio, cifras iguales o mayores a la media nacional, teniendo más desarrollo que el NEA.

Esto ocurre porque el desempleo refiere a personas que no trabajan y buscan empleos. En las provincias del norte encontramos lo que en la jerga económica se llama "personas inactivas", que no trabajan ni buscan empleo.

10. El conurbano es la región del país donde hay más jóvenes "ni-ni"

Este es verdadero. El 23% de los jóvenes de entre 15 y 24 años del conurbano no trabajan ni estudian. Por el contrario, en la Ciudad de Buenos Aires ese porcentaje es de 10%, similar al de los países de la OCDE.

Una cuestión adicional a tener en cuenta es que el porcentaje "ni-ni" es mayor en mujeres que hombres, pero no tienen que ver con que ellas abandonen sus estudios, más bien es lo contrario, los terminan pero asisten a tareas de cuidado del hogar, de los hijos o de familiares.

11. Los trabajadores de menor nivel educativo son los más vulnerables a la automatización

Es probablemente verdadero. Una investigación de la Universidad de Oxford analizó que empleos serán automatizables en el futuro.

Los empleos ligados a la gestión, los negocios y las finanzas, la computación, la ingeniería y las ciencias, la educación, el arte, los medios y la salud, serán menos automatizables.

En cambio, los empleos vinculados al transporte, la manufactura, la agricultura, la construcción y el comercio, serán más probablemente automatizables. Esto se debe a que son muy rutinarios y, por lo tanto, fácilmente codificables.

Esto tiene mucha relación con la educación. Los trabajadores con mayor nivel educativo podrán resistir mejor la ola de la automatización.