“Argentina tiene por lejos la peor puntuación de todos los integrantes actuales del G-20”, aseguró, fulminante, un informe de una organización ligada al conservador Tea Party y sugirió que debe ser reemplazada, junto con Indonesia, Rusia y Arabia Saudita, por otros países “más calificados”.
El informe llamado “Quiénes deberían ser los 20” fue elaborado por el ex subsecretario de Estado norteamericano y actual presidente del Instituto Jorge W. Bush, James K. Glassman, y Alex M. Brill y fue presentado en un evento patrocinado por una organización vinculada al Tea Party llamada National Taxpayers Union (Unión Nacional de Contribuyentes).
El documento publicado hoy es una actualización de una versión del mismo informe que se había realizado en 2012, en el cual la presencia de Argentina había sido duramente cuestionada.
En términos fulminantes, los autores del informe proponen explícitamente que Argentina debe ser “eliminada” del G-20 y que en su lugar debería ingresar Chile, para que Latinoamérica siga conservando tres miembros en el organismo internacional (los otros dos son Brasil y México).
“Al igual que en 2012, Argentina termina en el último lugar entre los actuales miembros del G-20. También es el último país en relación al PBI, última en importaciones y exportaciones, antepenúltimo en el control de la corrupción, última en calidad regulatoria, penúltimo en estado de derecho, y la última (en un empate con otros tres) en conexión sistémica. Entre una lista de países con una puntuación media de 60,5 puntos del resto de los integrantes, la triste puntuación de Argentina de 14.1 es aproximadamente la mitad de la del país que se ubica en el 20° lugar”, dice el documento.
El informe caracteriza que “la inclusión de Argentina, en sí misma, desafía la legitimidad del G-20”, y luego asegura que “es difícil entender cómo Argentina se ganó un lugar en el grupo”.
En otro tramo del documento, se afirma que Argentina defaulteó por segunda vez en 2014, por no haberle pagado los bonos a los fondos buitre y califica al país como un “renegado financiero global” por haber “desafiado órdenes judiciales” y por “burlarse de jueces estadounidenses”.
“El aislamiento global de Argentina, su voluntad de desafiar las normas internacionales, y su incapacidad para cumplir con los compromisos del G-20 hacen que el país no apto para ser miembro”, aseguran Glassman y Brill.
Los autores, ligados a los sectores más conservadores de los Estados Unidos, están vinculados con el ex presidente republicano Jorge W. Bush y a la organización ultraconservadora Tea Party, organismo al que de manera regular aporta dinero el magnate Paul Singer, la cara visible de NML Capital, uno de los fondos buitre que litigan contra Argentina en el juzgado de Thomas Griesa.