La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y las cámaras patronales fracasaron hoy en lograr un acuerdo de incremento salarial en el marco de la paritaria 2015, por lo que el Ministerio de Trabajo fijó una nueva reunión para el lunes. El sindicato tenía mandato para un paro de 36 horas si hasta hoy no había avances, pero la medida luce desactivada por el momento.
El propio ministro de Trabajo, Carlos Tomada, intervino en la discusión a fin de que las partes reconsideren sus posiciones, informaron a DyN fuentes vinculadas a la negociación
Como informó El Cronista, la negociación está trabada en el piso salarial que reclaman los metalúrgicos a cambio de aceptar un aumento del 30% en dos cuotas de 15. La UOM plantea llevar el piso (la categoría más baja) de $ 6400 a $ 8000.
Otra diferencia es que el gremio plantea el primer tramo de 15% desde abril y el segundo 15% desde julio. Los empresarios plantean que el segundo tramo se haga efectivo a partir de septiembre.
El sindicato había aprobado un paro activo de 36 horas en un congreso realizado la semana pasada. Pero ciertos signos de revitalización de la negociación pusieron la medida en el freazer. El propio gremio había bajado el martes, del 32 por ciento al 30, su pretensión de mejora salarial. Los empresarios, a su vez, subieron su oferta del 20 al 25 por ciento, lo que aún no conforma a la UOM.
En principio el paro activo de 36 horas debía iniciarse hoy a las 10.
Antonio Caló, el secretario general de la UOM y la CGT oficialista, actúa bajo una enorme presión. A la tensión natural con la patronal metalúrgica, se suma el ingreso en una nueva fase de su relación con el Gobierno, en el marco a su vez de los amagues para reunificar a las CGT, lo que implica una reconsideración de la relación con los gremios anti K.
Pero la mayor presión la sufre dentro de sus propio gremio. Fuentes gremiales no se cansan de decir que “las bases están de un humor muy especial”, entre otras cosas por el impacto del impuesto a las ganancias en los sueldos y por el desgaste de algunos acuerdos en los que el incremento corrió demasiado parejo o fue superado por la inflación.
Esto quedó en evidencia en el último paro general convocado por los gremios del Tranporte, donde Caló tuvo que dar “libertad de acción”, toda una curiosidad para una organización sindical, en particular la UOM, donde el verticalismo es una tradición que se remonta a épocas inmemoriales. La determinación no fue graciosa: filialales completas del sindicato, como la UOM de Puerto Madryn, habían resuelto parar con independencia de la opinión del jefe.